Irrumpieron en una casa de San Carlos y, sin decir una palabra, balearon a una chica

La víctima es la hermana del dueño de la vivienda. Dicen desconocer el motivo. Y aseguran que en el barrio hubo otros dos casos iguales

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Con cinco baleados en menos de 48 horas durante el fin de semana, La Plata se consolidó como una zona de alto riesgo. La escalada de violencia es una realidad que involucra no sólo a delincuentes que hieren o matan en un robo, sino también a discusiones de tránsito, vecinales y ajustes de cuentas.

A los sucesos ocurridos en Abasto (con un joven baleado tras un partido de la Liga Amateur platense) y Plaza Italia (un cliente herido en un asalto a un almacén), se sumaron en las últimas horas dos incidentes en Los Hornos (ver aparte) y San Carlos, de similares características.

SAN CARLOS: EL LEJANO OESTE

Una banda de motochorros tiene en vilo a los vecinos de un sector del barrio San Carlos, que esta semana vivieron momentos de terror al verse involucrados en tres balaceras distintas.

Ayer a la madrugada fue el turno de una familia que fue atacada por cuatro sujetos armados, quienes ingresaron por la fuerza en una casa y efectuaron tres detonaciones, acción por la cual una mujer de 29 resultó baleada en una de sus piernas.

El violento episodio tuvo lugar pasadas las 0.30 de ayer en una vivienda de 150 entre 47 y 49. Ariel (27), el propietario, relató el suceso a este diario y confesó no tener en claro a qué se debió la agresión.

“Mi hermana Florencia había venido de visita. Cuando nos fuimos a acostar con mi mujer (María, de 21 años) y mis dos hijas, de 6 meses y 2 años y medio, ella se quedó tomando una cerveza en la cocina”, le dijo el joven a EL DIA.

Según el testimonio de la damnificada, “de la nada se escucharon golpes en la puerta”. Eran los desconocidos, que a las patadas rompieron la puerta de entrada y se abrieron camino hacia el interior.

Sin mediar palabra, uno de ellos le disparó a Florencia, que, sorprendida, alcanzó a levantarse de la silla y escapar hacia la pieza donde estaba su hermano.

“Vino corriendo al cuarto a los gritos, y nosotros no sabíamos qué estaba pasando. Ahí fue cuando le tiraron dos veces más, y una de las balas le pegó”, aportó Ariel.

El proyectil le perforó la pierna derecha. Ingresó por el muslo y salió por el peroné.

Los agresores, en tanto, se fueron como vinieron. Sin mencionar el motivo del acto y tampoco exigieron dinero ni objetos de valor.

No obstante, este hecho no aparenta ser un caso aislado.

De acuerdo a lo aportado por Ariel y otros frentistas de la zona, en la última semana se contabilizaron al menos tres incidentes con características parecidas en los que, aseguran, actuaron las mismas personas.

En ese sentido, señalaron que en 50 entre 149 y 150, el dueño de un lavadero que funciona a pocas cuadras de allí, recibió un disparo de arma de fuego el jueves en su propiedad.

En tanto, unos días antes, en 153 y 49, un hombre también recibió la visita de los bandoleros.

“A ninguno de los dos les llevaron nada”, aseveraron.

Por el barrio, el miedo se siente en la calle: están convencidos de que los autores “son de acá, de San Carlos”.

 

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