Final de temporada

Tras cuarenta años, el narrador de Largavistas recuerda los veranos al otro lado del río, como si recién entonces asumiera el coraje

Edición Impresa

Por MARCOS NÚÑEZ

Largavistas revisita ese subgénero de la ficción de aprendizaje en el que no hay un guía o mentor definido o, más bien, hay muchos. Las historias que componen el libro están narradas desde el punto de vista de un niño de diez años, una zona de la narrativa bastante transitada en los últimos años, sobre todo a partir de 2013 con la aparición de Una muchacha muy bella, de Julián López.

Luciano Olivera elige un protagonista de diez años, lo suficientemente inocente para pasar por alto algunas situaciones, y lo suficientemente sensible para comprender la importancia de otras. A Panchito le fascinan los barcos, “porque el río sin cosas aburre”. Le gustan, particularmente, un tipo de barcos: los barcos hundidos. Por eso guarda una colección de recortes de naufragios célebres. Lo que resulta paradójico es que como amante de ese río –del que ya perdió la cuenta cuántas veces cruzó– Panchito no sabe nadar.

Las historias que componen el libro están narradas desde el punto de vista de un niño

 

La novela está compuesta por retazos que, en muchos casos, funcionan perfectamente como relatos en sí mismos. Uno de los mejores es El chalet, el lugar donde el niño pasaba los días en el Uruguay, una casona que lo enorgullecía porque era una de las cinco o seis cosas que se veían desde el río: “En esa casa enorme la vida pasaba por la cocina. Había lugares mucho más lindos, pero el que se usaba todo el tiempo era ese sencillo, con olor a gas de garrafa y puerta de mosquitero”, describe.

Aunque disfrutaba de ese lado del río, Panchito esperaba el final de la temporada para encontrarse con los amigos del colegio, otros niños como él que parecían venir de dimensiones paralelas, que habían ido al mar y habían barrenado sobre el agua salada y que habían hecho un alto para comer medialunas en Atalaya; él en cambio, relataba orgulloso que sus vacaciones no se parecían en nada a la de los otros, que había ido a visitar a su familia al Uruguay, que había andado en barco y se había divertido en playas de agua dulce; cómo era el carnaval allá y cómo fue el accidente en el que un ferry casi termina en el fondo del río. Tras la lectura del libro queda flotando algo, la sensación de que el final de temporada es también el final de muchas cosas.

 

LARGAVISTAS

LUCIANO OLIVERA

Editorial: Tusquets

Páginas: 208

Precio: $ 279

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