Plogging, la moda de salir a correr y cuidar a la vez el medio ambiente

Nació en Suecia pero cada vez tiene más seguidores a nivel local. Buscan proteger los circuitos de entrenamiento y crear conciencia ambiental entre los que realizan actividad física

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Cuando uno se prepara para salir a correr se calza la ropa deportiva, agarra eventualmente el reproductor de música y, si tiene prensado practicar plogging, también se lleva una bolsa de plástico para posibles residuos que se encuentren en el camino. Y lo que parece un gesto exclusivo del primer mundo o acaso ajeno a nuestra realidad, es en la práctica una moda que suma cada vez más seguidores en el universo del running local.

“Es algo de lo que se empezó a hablar bastante porque vemos que hay circuitos que están muy sucios”, apunta Mauro Regal, entrenador y coordinador de un grupo con más de 30 runners en la Ciudad. En su caso, uno de los tantos lugares donde el “limpiar para correr” comenzó a ponerse en marcha es en el circuito de 133 y 501, más conocido como “la cantera de Gorina”. Allí, donde de tarde es común ver motos y de mañana corredores, son muchos los runners que se encuentran ante un paisaje sucio y descuidado para cualquier actividad deportiva.

“Nosotros vamos muchos a correr los sábados a la mañana y encontrás que en el circuito hay botellas, bolsas, mugre de todos los colores”, cuenta Mauro, quien explica que son los propios corredores los que se preocupan por ponerse a limpiar al momento de ir a hacer la actividad física.

“Nos planteamos juntar la basura cuando salimos a correr porque sino es imposible -se sincera el entrenador-. Pero vemos que no somos los únicos, sino que se está creando una conciencia ecológica entre las personas que corren que me parece muy positivo. Es algo de lo que cada vez se habla más, porque nos damos cuenta que si queremos aprovechar determinados lugares para entrenar tenemos que cuidarlos nosotros mismos”.

Nacido de la fusión de la palabra inglesa running y de la expresión sueca plocka upp, que significa recoger, el término surgió en Suecia y se expandió poco a poco al resto del globo.

El objetivo de este movimiento es sencillo: ejercitarse físicamente al aire libre mientras se recolecta basura. Básicamente, consiste en salir a correr, trotar o caminar llevando consigo bolsas para levantar los residuos que se encuentran al paso en la vía pública.

Según se explica, además de concientizar sobre el reciclaje y la protección del medio ambiente, la secuencia de frenar, agacharse para levantar los desechos y volver a retomar el paso ayuda a quemar unas calorías extras. Los seguidores aseguran que se pueden llegar a eliminar alrededor de 300 con 30 minutos de práctica.

“Nos damos cuenta de que incorporando esta modalidad hacemos incluso que la disciplina sea más entretenida -asegura Mauro-. Y es importante tomar conciencia, porque a veces los propios corredores somos los que no cuidamos los circuitos. Un ejemplo son los famosos geles energéticos que se usan para correr: cuando vas a un circuito ves que los sobres de esos geles están tirados por todos lados. O lo mismo con las botellitas de agua cuando se organizan maratones o media maratones. Quienes corremos a veces no somos conscientes de que somos nosotros los primeros responsables de mantener limpio el medio ambiente. Y esta modalidad es una buena forma de hacerlo”.

La movida surgió en Suecia pero se expandió de inmediato por toda Europa

 

Luego de convertirse en boom en Suecia, el plogging se fue expandiendo a los demás territorios nórdicos, como Noruega o Finlandia, hasta traspasar el noroeste europeo y replicarse en Francia, Escocia o Inglaterra, entre otros países. Tras superar los límites del continente europeo, cruzar el océano y arribar a Estados Unidos, es ahora, como se dijo, una tendencia en auge en Latinoamérica y, en particular, en Argentina, donde distintos organismos se vienen sumando a la movida. Hace poco, de hecho, en San Isidro se organizó una carrera con motivo del Día Internacional del Reciclado. La actividad deportivo-ecológica ya se había desarrollado en Puerto Madero, Berazategui, Quilmes, Olavarría y Avellaneda.

En General Rodríguez, también desde hace poco, un grupo de vecinos tomó la posta de esta movida y se entrena a diario en el Polideportivo Municipal mientras levanta los residuos a medida que recorren kilómetros. “Notamos que estaba lleno de basura y nos pareció practicar esta disciplina de correr y juntar los residuos”, apunta Analía, una impulsora de esta movida.

Juntos, cargando bolsas de consorcio, fueron recolectando la basura que encontraban en su camino para dejarla depositada en tachos. La primera jornada de plogging se llevó a cabo a principios de abril, pero planean ampliarlo y que se sume más gente. “Como había tanta cantidad de basura no pudimos correr mucho la primera vez. La respuesta que tuvimos fue buenísima, notamos que hay mucho interés”, dice Analía.

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