Rituales que generan mayor autoconfianza

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Por MARIANA MAURI (*)
maurimariana@hotmail.com

Los orígenes de la cábala se remontan a finales del siglo XII. Se convirtió en un auténtico tabú y sólo se permitía que unos cuantos pudieran acceder a descubrirla, estudiarla y entenderla. Sin embargo, a partir del siglo XX ha dejado de ocultarse y se ha puesto a disposición de todos.

Hay que tener en claro que la misma parte de dos principios o pilares fundamentales: el deseo de otorgar y el deseo de recibir. Todo ello sin olvidar tampoco otros puntales de gran valor como el aliento, la unicidad, el espíritu y la vida.

En el lenguaje coloquial, una cábala es un cálculo supersticioso, una conjetura o una suposición. La noción está asociada a algún tipo de ritual que una persona lleva a cabo con la esperanza de tener buena suerte o de cumplir con sus objetivos: ingresar a un lugar con el pie derecho, usar un amuleto o sentarse en la misma silla para ver un partido de fútbol, son algunos ejemplos.

Realizar rituales ayuda a los deportistas a relajarse, controlar el ambiente, tener más autoconfianza y mejorar su ejecución. “Experimentos confirman que si llevan a cabo sus rituales se desempeñan mejor por la seguridad que les causa”, comenta Gabriela Orozco, doctora investigadora del Laboratorio de Psicología y Neurocognición Humana de la UNAM.

La especialista también aseguró que gracias a estudios realizados, principalmente en China -que inauguraron los Juegos Olímpicos de Beijing, el octavo día del octavo mes del octavo año del nuevo milenio-, ha demostrado que el giro frontal superior medio del hemisferio izquierdo es el que se activa cuando el ritual se lleva a cabo.

Podrá ser considerada una conducta irracional, pero los deportistas asocian resultados exitosos con acciones previas gracias a esta área cerebral, la cual se encarga de que las emociones y cogniciones generen conductas.

Las cábalas funciona a modo de rituales paganos. Esta cultura y creencias populares derivan de una profunda y compleja tradición arcana (secreto) que se emparienta con los cultos mistéricos (misterios que no se plantea explicar. Toda vez que los detalles doctrinales han de conocerse a través de la experiencia iniciática ritual y no mediante la palabra o la razón) antiguos y chamanismo prehistórico. Desde el comienzo del fútbol, en los estadios, los hinchas, cuerpo técnico, etc, ejercen casi inconscientemente un ritual como “sacerdotes de esos templos religiosos”, que si bien y a título personal, están persiguiendo la buena fortuna con sus acciones, o en su defecto, evitar la mala suerte a través de diferentes métodos; mantienen al margen factores como el azar y otras fuerzas aleatorias. Alejar la “mala suerte” exige de rituales, hechizos o métodos mágicos que son llamados popularmente supersticiones.

Algunos ejemplos apoyan este fundamento, como ser el inglés Gary Lineker que no disparaba al gol durante el calentamiento por temor a no hacerlo durante el partido; el portugués Cristiano Ronaldo entra al campo de juego siempre con el pie derecho son ejemplos de los que procuran la suerte con cábalas. Por su parte, Carlos Bilardo es de los casos más extremos, ya que solía entrar a la cancha con una estatua de la virgen de Luján. Incluso llegó a prohibir a sus jugadores comer pollo en las concentraciones, porque traía mala suerte.

Raymond Domenech, en su momento director técnico del seleccionado francés de fútbol, utilizó la Astrología para confeccionar su alineación del equipo galo. Es algo sabido desde hace tiempo; evitó elegir al arquero de su equipo, un día antes de un partido contra Costa Rica, con una insólita explicación: “Consulté las estrellas; no era el día apropiado”. Al entrenador no le gusta alinear a aquéllos cuyo signo es Escorpio, Cáncer o Libra; en general, y no puede ver a los Leo en la retaguardia: “Cuando tengo un Leo en la defensa, siempre tengo mi arma lista, porque sé que va a querer lucirse en un momento u otro y nos va a costar caro”.

Sostuvo que Robert Pires (Escorpio) y David Trezeguet (Libra) no beneficiaban sus combinaciones, Y lo que fue más desconcertante, de los 24 jugadores que habían sido citados para disputar el Mundial, inclusive, amistosos, ninguno era de Libra o Escorpio.

Resulta concluyente que el fútbol tiene una dimensión ritual que contiene lo sagrado y lo profano, lo bueno y lo malo, lo iniciático y lo popular; pero siempre teniendo el objetivo de que la “buena suerte” le tire un “centro” a nuestros deseos.

 

(*) Astróloga, especializada en Genealogía

 

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