Un equipo que apuesta por la solidez en la última línea

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La Selección de Irán disputará un Mundial por quinta vez en su historia y el segundo de manera consecutiva después de clasificarse al celebrado en Brasil en 2014. Desde esa fecha el conjunto Melli ha mantenido a Carlos Queiroz como seleccionador y un estilo que lo convierte prácticamente en imbatible en Asia, siendo muy riguroso en defensa y rápido al contragolpe. Es un equipo muy difícil de batir y además hace daño al contragolpe.

La formación utilizada por el técnico portugués suele ser el 4-2-3-1 con mucho trabajo en la medular y el arma del contragolpe como su gran recurso para batir la meta rival. Así hizo verdadero a todos sus rivales en la fase previa y también en los amistosos.

No le importa conceder la posesión, con un grupo confiado en su buen hacer defensivo, siempre con las líneas bien juntas y con una presión muy trabajada, fruto de los años de confianza en este proyecto. Hace cuatro años logró empatar con Nigeria y puso contra las cuerdas a Argentina. Ahora muchos jugadores volverán a la cita mundialista, mitos como los centrales Hosseini o Montazeri.

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