“Ni una menos” y el cambio de paradigma

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El movimiento “Ni Una Menos” surgió en Argentina en el año 2015.

La frase, que originalmente rezaba “ni una muerta más”, fue acuñada en México, en el año 1995, por la poetisa y activista Susana Chávez Castillo.

De esta forma se convirtió en el símbolo de la lucha contra los femicidios que se sucedían de manera constante en Ciudad Juárez, Chihuahua, considerada la población más violenta del país.

Chávez Castillo sería asesinada en 2011 por su lucha por los derechos de las mexicanas.

La versión del fiscal de la localidad mexicana, fue que la noche del 6 de enero, Chávez Castillo tuvo “un encuentro desafortunado” con tres menores de edad que “decidieron matarla”.

En Argentina, el hashtag #NiUnaMenos comenzó a difundirse masivamente en las redes sociales y terminó de instalarse luego de la violenta muerte de Chiara Páez (14), a quien su novio le quitó la vida a golpes y luego la enterró en el patio de su casa, en Rufino, Santa Fe, el 10 de mayo de 2015.

La consigna fue tomada por manifestantes de todo el mundo, pero en Argentina cobró una fuerza particular.

La convocatoria nació de un grupo de periodistas, activistas y artistas, y fue creciendo hasta convertirse en una campaña colectiva.

Por otro lado, el cambio de arquetipos judiciales dio un nuevo paso con el fallo que condenó a Gabriel David Marino (25) por el asesinato de la dirigente trans Diana Sacayán (40), asesinada de 13 puñaladas en su departamento del barrio porteño de Flores en 2015.

Por mayoría, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 hallaron a Marino coautor del delito de “homicidio agravado por odio a la identidad de género y violencia de género”, en lo que constituyó una resolución judicial inédita en el país.

 

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