El caso Correa abre una brecha

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Quito

Susana Madera

La vinculación para investigaciones del expresidente Rafael Correa a un caso de intento de secuestro a un político ecuatoriano en 2012, ha abierto una brecha en las relaciones de Ecuador con sus antes estrechos aliados Venezuela y Bolivia. Seguidor del llamado Socialismo del Siglo XXI, Correa mantuvo durante su década de gobierno (2007-2017) una muy cercana relación con los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales, de la misma línea ideológica, y quienes esta semana salieron en su defensa ante el proceso judicial en Ecuador.

Maduro y Morales criticaron el pedido de la Corte Nacional de Justicia de captura y prisión preventiva contra Correa en el marco de las investigaciones del intento de secuestro del exlegislador Fernando Balda en Colombia.

El Gobierno de Lenín Moreno envió “notas formales de protesta” a La Paz y Caracas desde donde se denunció una supuesta politización de la justicia, la presunta injerencia de EE.UU. en la acción legal y una aparente persecución contra “líderes progresistas” de la región.

Para el antropólogo Andrés Abad, las reacciones de Maduro y Morales son “entendibles” por la amistad con Correa por lo que ve en ellas un “sentido de lealtad”, y opina que ambos “desconocen” que el actual Gobierno “garantiza la independencia de poderes, independencia de la justicia y la libertad de prensa y expresión”. (EFE)

 

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