Un paso positivo en la lucha en defensa de los celíacos

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La decisión de extender hasta fines de noviembre próximo en el Hospital de Niños de nuestra ciudad la campaña que busca detectar la presencia de “celíacos ocultos”, impulsada por el Programa Provincial de Celiaquía (CELIARED) del ministerio de Salud bonaerense, que se inició en mayo pasado en el contexto del Día Mundial de la Enfermedad Celíaca, constituye seguramente otro paso positivo en la lucha que nuestro país debe dar en defensa de los celíacos.

Según se detalló ayer en la noticia publicada en este diario, el objetivo de esta medida -que consiste en practicar estudios gratuitos a familiares de primer grado de personas celíacas- es realizar diagnósticos tempranos y tratamientos oportunos, que garanticen la posible detección y una mejor calidad de vida a los afectados por ese mal.

Coordinadores del mencionado organismo sanitario pusieron de relieve que los parientes directos de los enfermos tienen mayores posibilidades de presentar celiaquía, aún cuando suele tratarse de personas que no presentan síntomas. Como se sabe, esta enfermedad se manifiesta con la intolerancia permanente al gluten. Al ocurrir esto se produce una lesión de la mucosa intestinal que provoca una atrofia de las vellosidades, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos.

Se conoce, asimismo, que la celiaquía es una enfermedad autoinmune que en la Argentina afecta a una de cada algo más de 100 personas -causada por la exposición al gluten, una proteína vegetal presente en el trigo, la avena, el centeno y la cebada- cuyos pacientes deben seguir rigurosos tratamientos y atenerse a menús estrictos, bajo pena de correr riesgos de salud muy severos en caso de incumplir con esas y otras recomendaciones médicas. Cabe consignar que hace pocas décadas la enfermedad afectaba a una de cada 140 personas, lo que habla de una preocupante expansión del mal, que se vuelve especialmente notable entre los niños.

Es sabido, también, que en nuestro país la ley nacional de celiaquía sancionada en 2009 constituyó un ostensible avance. Ella obligó a las obras sociales a reconocer parte del costo de los alimentos hechos con harinas libres de gluten a quienes tienen esa condición. Si bien la norma significó un hito histórico, al visibilizar a la celiaquía como un problema de gran parte de la población y multiplicar la disponibilidad de alimentos aptos en el mercado, también habría incidido en el mayor costo de esos productos.

De allí que haya resultado oportuna una reciente recomendación de especialistas y de integrantes de la Asociación Celíaca Argentina destinada a las personas celíacas, en la que se les sugirió no condicionar exclusivamente sus dietas a las harinas sin gluten, sino a considerar también otras opciones como la de incorporar más verduras y frutas en su alimentación.

Sin embargo, uno de los problemas principales que plantea la celiaquía reside -según señalan las fuentes médicas- en que, de aquellas personas que sufren esta enfermedad, son muy pocas las que lo saben, ya que suele confundirse con otras y hasta puede no presentar síntomas evidentes. Pero sí se conoce que es muy peligrosa, al punto de que de no tratarse en tiempo y forma puede evolucionar en complicaciones muy severas o hasta en la muerte de quienes la sufren.

De allí que resulte positivo que en nuestra ciudad, reconocida por los importantes logros en la investigación de esta enfermedad, se haya decidido acentuar las políticas preventivas, esto es, no bajar la guardia ante la celiaquía, conocer sus alcances y bregar así a favor de una población más fuerte y mejor alimentada.

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