Deficiencias en la atención médica preventiva de niños
Edición Impresa | 3 de Julio de 2018 | 02:41

El informe publicado en este diario, demostrativo de que uno de cada cuatro chicos argentinos no asistió al médico en el último año, de acuerdo a un dato que surge de un estudio hecho por la Universidad Católica -de cuyo texto surge también que la mitad de los niños de nuestro país sólo cuenta con el sistema público para recibir atención- describe una realidad desoladora y se compadece con la imperiosa necesidad de acentuar en la Argentina una cultura sanitaria de índole preventiva.
El trabajo destaca que pese a que nuestro país cuenta comparativamente con una importante infraestructura de salud pública en las áreas urbanas, el acceso a esos servicios para buena parte de la población está lejos de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Lo que también muestra el informe sobre denominado “(In)equidades en el ejercicio de derechos de niñas y niñas” de la UCA son las dificultades que tienen muchas familias para acceder a los servicios de salud. El testimonio ofrecido por algunas madres reseña que, en la práctica, por razones laborales, encuentran imposible su asistencia a los hospitales públicos salvo que el problema médico de sus hijos sea extremadamente crítico.
Como se desprende del estudio, esas dificultades están particularmente asociadas a la mitad de los chicos argentinos que, al no tener obra social, sólo cuentan con los hospitales y salas en los barrios para la atención de su salud. En otras palabras, en medio de la creciente crisis que atraviesa el sistema hospitalario, son precisamente los niños y niñas más vulnerables quienes están pagando el costo en desatención.
Se indicó asimismo que la deficiencia de consulta al médico de los chicos en Argentina se da con mayor propensión a medida que crecen y ganan autonomía. Mientras que entre los 0 y 4 años se estima que uno de cada diez de ellos no asistió a una consulta médica en los últimos doce meses, entre los 5 y 12 años son ya dos de cada diez y en la adolescencia su número trepa a tres de cada diez.
En numerosas oportunidades, se han ponderado en esta columna las advertencias formuladas por los profesionales, acerca de la necesidad de que las personas realicen, ya desde edades tempranas, exámenes médicos periódicos, adecuados y oportunos. Se trata de instalar una cultura preventiva que, lamentablemente, aún falta irradiarse en gran parte de la población.
Resultaría por cierto muy valioso que las autoridades sanitarias de nuestro país desplegaran estructuras médicas y sociales accesibles y que, también, se promoviera la realización de controles periódicos de salud para la población de toda edad, que debieran ser obligatorios.
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