Una banda atacó con violencia a una psicóloga para sacarle la cartera en su casa de Tolosa

Fue abordada apenas entró en el garaje de 5 entre 522 y 523. Por el susto, ella gritó y lloró. Un delincuente gatilló el arma, pero la bala no salió

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Tan grande fue el susto que se llevó una psicóloga al caer la tarde del lunes, cuando llegó en el auto a su casa de Tolosa, que también lo supieron los delincuentes que entraron en el garaje de esa vivienda para robarle.

Es probable que los 4 asaltantes que detuvieron la marcha de un Volkswagen Bora en 5 entre 522 y 523 al advertir que Myriam Davidenko (63) acababa de entrar con su Ford Ka blanco, tuvieran intenciones de meterse en la casa. O, como supone la mujer, “por ahí querían robarme el auto”.

En definitiva, ¿por qué los asaltantes se conformaron con quitarle la cartera y huir en el mismo coche con el que llegaron a la escena?

Quizá la respuesta haya que buscarla en la reacción natural que tuvo la mujer. “De los nervios y el miedo, me puse a gritar y me largué a llorar. Hasta pedí ayuda a gritos para que me escuchara mi hermana que vive en la casa de al lado”, recordó Davidenko en una charla con este diario.

Myriam confesó que sintió terror cuando, apenas bajó de su vehículo, se topó con un joven desconocido. “Movía el arma de un lado para el otro -recordó- y como me puse a gritar bien fuerte, de la bronca me pegó un golpe seco con una mano en la cara, a pesar de que tenía puestos los anteojos”. Estaba acompañado por otros dos, aparentemente desarmados. Un cuarto integrante de la banda estaba al volante del Bora.

En medio de tanta violencia, y en muy pocos segundos, el ladrón gatilló el arma -por suerte la bala no salió- y optó por apurar la fuga ante la posibilidad cada vez más cierta de que alguien llamara al 911: “Me arrebató la cartera y escapó rápido” -relató la mujer- hacia el Bora en el que lo esperaban sus compinches.

Con la cartera de la víctima se llevaron su billetera con menos de 40 pesos, una tarjeta de débito, un celular, dos pares de anteojos, y documentación, como la matrícula de psicóloga, su licencia y el carnet de IOMA, entre otras pertenencias.

La mujer estimó que el episodio duró “cinco largos minutos” y que en esos instantes “estaba sola en casa, porque mi marido todavía no había regresado de trabajar”.

Myriam recordó que el del lunes pasado no fue el único robo que padecieron, ella y su esposo, en lo que va del año.

“En febrero a mi marido lo asaltaron motochorros cuando fue a guardar el auto a una cochera del barrio”, recordó, apuntando que ese día le robaron el auto “delincuentes corpulentos, que tendrían entre 23 y 25 años. Muy parecidos a los que ahora me asaltaron en casa”, refirió.

Inclusive, con esa sensación a flor de piel, Myriam reveló que al que le quitó su cartera le gritó “ustedes le robaron el auto a mi marido”, pero no obtuvo respuesta.

La mujer no pasó por alto que viven en la misma casa desde hace 45 años “y siempre nos enteramos de algún robo, ya sea en alguna vivienda o en un comercio”, pero la inseguridad en el barrio golpea también a los alumnos del colegio Santa Lucía, situado en esa misma cuadra, a quienes les quitan sus mochilas y celulares.

Por eso, ya estudian la posibilidad de instalar una alarma vecinal.

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