Inglaterra se metió de cabeza en la semifinal
Edición Impresa | 8 de Julio de 2018 | 05:34
Si bien no muchas veces es así, ayer primó la lógica e Inglaterra no demostró mayores problemas para superar a un humilde combinado sueco que luchó hasta lo que pudo con su esquema pragmático y poco audaz.
Gracias a los goles de Harry Maguire (30´ del PT) y Dele Alli (13´ del ST), los británicos, dirigidos por Southgate, derrotaron a Suecia para convertirse en semifinalistas de un Mundial, cosa que no sucedía desde Italia 1990.
Con el triunfo ante los nórdicos, los creadores del fútbol se aseguraron su pasaje a la siguiente instancia, en la que enfrentarán a Croacia, el próximo miércoles 11, desde las 15, en el estadio Olímpico de Luzhniki.
DOS PLANTEOS OPUESTOS
Desde la concepción misma del juego se pudieron observar dos disposiciones tácticas distintas, casi opuestas, en las que cada una priorizó sus objetivos.
Suecia, refugiado en un 4-4-2, prefirió prescindir del control y tenencia de la pelota y nunca desarmar las dos líneas de cuatro para defender su arco.
Inglaterra, por su parte, desplegó un esquema 3-5-2, con mucha gente en un mediocampo comandado perfectamente por Henderson, con la misión de monopolizar la pelota para llegar desde los costados y buscar al peligroso Harry Kane, actual goleador de Rusia 2018.
Así se dio desde el inicio y, a partir de ello, el dominio fue todo de los británicos. Pacientes en la elaboración, los dirigidos por Southgate se adelantaron metro a metro para conseguir la primeras aproximaciones al arco defendido por Olsen. Sin embargo, les costó romper el orden defensivo de los suecos.
Exactamente media hora tardó en llegar el primer grito inglés, que provino desde una de sus especialidades: la pelota parada.
LA OBSESIÓN COMO VIRTUD
Sabido es que Gareth Southgate se reconoció en varias oportunidades como un “obsesivo del trabajo de pelota parada”. Y es justo por esta vía, por la que Inglaterra anotó cinco de los 11 goles que acumula en Rusia 2018, que consiguió abrir el marcador ante el orden sueco preestablecido.
Gracias a un gran tiro de esquina desde la izquierda, ejecutado por Ashley Cole, Harry Maguire logró librarse de su defensa y ajusticiar a un, hasta entonces, sólido Olsen.
Con el marcador en su contra y 15 minutos aún por jugar en el primer tiempo, los nórdicos se encontraron con un gran problema: tener la obligación de desarmar su plan inicial y buscar la manera de adelantarse unos metros para acercar peligro a los tres palos defendidos por Jordan Pickford.
Sin embargo, la primera etapa pasó sin sobresaltos británicos, ni tampoco peligro en el arco de Olsen, y los de Southgate se retiraron al descanso con una ventaja mínima, pero justa y muy tranquilizadora.
Inglaterra se metió en una semifinal luego de 28 años. La última vez había sido en Italia 1990
EN EL COMPLEMENTO, UN ENCUENTRO MÁS ENTRETENIDO
El segundo tiempo mostró a un conjunto sueco más decidido y determinado a conseguir el equilibrio en el marcador. Los de Andersson salieron con otra mentalidad y en el primer minuto tuvieron la más clara del juego.
Un enorme centro de Ludwig Augustinsson, encontró a un Marcus Berg que se elevó más que su marcador y con un certero cabezazo generó la gran primera respuesta de Pickford. El arquero del Everton, que poco a poco fue creciendo en el juego, se estiró sobre su palo izquierdo y estirando plenamente su brazo, ahogó el grito nórdico.
Con Suecia más adelantado e intentando mediante centros encontrar a su torre, Inglaterra comenzó a aprovechar los espacios con un Henderson que se hizo eje del equipo y dueño absoluto de la pelota. Desde los pies del jugador del Liverpool aparecieron las mejores opciones de un equipo paciente, pensante y ordenado con la pelota en su poder.
Cerca de los 13 minutos del complemento, llegó el segundo mazazo. Trippier, recostado como siempre sobre el margen derecho, abrió la defensa sueca y le dejó el balón servido a Lingard. El delantero del United envió un gran centro pasado para su compatriota del Tottenham, Dele Alli, quien tomó a los nórdicos saliendo, y apareció por el segundo palo para sentenciar a un rendido Olsen.
Con el 2 a 0 en su favor, Andersson movió fichas desde el banco buscando achicar la brecha entre su equipo y Pickford. Los ingresos de Olsson y Guidetti renovaron el aire en Suecia y su equipo generó peligro concreto. Pese a esto, cada vez que lo llamaron a aparecer, el guardameta británico expuso su gran presente.
Claesson lo tuvo entrando desde el punto penal, pero su remate de pierna derecha, después de una gran descarga de Berg, encontró mejor respuesta de Pickford.
Con la ventaja y el reloj como sus aliados, Inglaterra manejó los tiempos y no sufrió mayores sobresaltos gracias a su prolijidad y a la figura creciente de su arquero.
El holandés Kuipers, de buena tarea, decretó el final luego de los cinco minutos de adición y generó la alegría en todo Gran Bretaña. Después de 28 años, y gracias a un gran desarrollo de su competición doméstica, los ingleses volvieron a meterse entre los cuatro mejores equipos del mundo y ahora se medirán ante un Croacia que sufrió más de la cuenta para eliminar a la sorpresa rusa. La cita, el próximo miércoles desde las 15.
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