La isla de Rügen recuerda a su pintor Caspar David Friedrich

El paisajista más famoso del romanticismo alemán ya estaba allí cuando la mayoría de los alemanes aún no conocía el lugar

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GREIFSWALD

Andreas Heimann

Las amplias ramas de las gigantescas hayas viejas caen sobre el precipicio del acantilado. Abajo, el mar Báltico brilla con un color gris azulado claro que casi se confunde con el color del cielo y que contrasta con el blanco de la formación de rocas cretáceas Königsstuhl. Cada año, cientos de miles de turistas visitan la isla alemana de Rügen para disfrutar de esta vista panorámica.

El pintor paisajista Caspar David Friedrich, el más famoso del romanticismo alemán, ya estaba en Rügen cuando la mayoría de los alemanes ni siquiera sabían dónde estaba situada la isla. Hace 200 años, en agosto de 1818, Friedrich llegó con su joven esposa, Caroline, a Rügen para pasar allí parte de su luna de miel. Su mujer tampoco conocía la isla báltica y el pintor quería demostrarle por qué la consideraba la isla más bonita del mundo.

Uno de sus cuadros más importantes lo pintó durante su estancia allí: “Rocas cretáceas en Rügen”. Los turistas siempre quieren conocer el lugar donde Friedrich lo pintó. “Sin embargo, ese sitio no existe”, dice Christine Krohnfuß, quien guía a turistas alrededor de la Königsstuhl. El artista pintó la formación rocosa con mucha fantasía, de forma más caprichosa que su aspecto real, explica Krohnfuß.

El artista japonés Hiroyuki Masuyama sacó en la isla muchas fotos para su propia interpretación de las “rocas cretáceas en Rügen”. Mediante un complicado procedimiento, Masuyama combinó decenas de fotos de tal forma que la imagen reproduce una escena de la pintura original de Friedrich. El propio fotógrafo aparece en el lado derecho de la imagen. En breve, Masuyama expondrá la imagen en el centro del parque nacional de Rügen. Al mismo tiempo, se podrán ver otros 20 fotomontajes en la galería Circus en la ciudad de Putbus y uno más en el museo regional de Pomerania en Greifswald.

La familia de Friedrich no sabía que el pintor se había casado a la edad de 43 años con Caroline Bommer, 20 años menor, por lo que el viaje a Rügen más bien tenía como objetivo presentar a su mujer a sus parientes.

“No fue tan romántico como nos imaginamos hoy. Friedrich dibujaba todo el tiempo”, dice Susanne Papenfuß, directora del Centro Caspar David Friedrich, ubicado en el casco viejo de Putbus, donde ocupa el lugar donde estuvo la casa natal del pintor. Hoy, una interesante exposición en el centro recuerda la estancia de Friedrich en Rügen. El pintor residió la mayor parte de su vida en Dresde, el centro del movimiento romántico alemán.

INFORMACIÓN BÁSICA

La exposición de Hiroyuki Masuyama montada con motivo del bicentenario del viaje de novios de Caspar David Friedrich y su mujer se puede ver a en la Galegía Circus en Putbus. A partir del mismo día se puede ver el fotomontaje “Rocas cretáceas en Rügen” en el centro de visitantes del parque nacional “Königsstuhl”.

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