En San Cayetano, la Iglesia mandó otro mensaje de advertencia: “Siempre será un drama”

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Como todo 7 de agosto, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, fue el encargado ayer de la misa principal en la iglesia de San Cayetano del barrio porteño de Liniers. Y en su homilía no dejó pasar el tema del aborto, a horas del decisivo debate: “Elevamos nuestra oración para que los miembros del Senado de la Nación no interrumpan honorable y laudable tradición de legislar para el bien común, con leyes que abran la esperanza de nuestro pueblo, a favor de la cultura de la vida, protegiendo a los más débiles e indefensos”, dijo el cardenal. Y agregó: “No juzgamos a nadie y menos a las madres que por motivos que solo ellas y Dios saben, a veces bajo presión, en situaciones angustiantes, solas y padeciendo la incomprensión de su entorno, optan por el aborto, que siempre será un drama; lejos de ser una solución, después empieza un camino difícil de recorrer en la vida”.

El cardenal también aprovechó para vincular al propio San Cayetano con los embarazos en las mujeres jóvenes: “Le pedimos a San Cayetano que una vez más nos dé una mano. Que la defensa de la vida por nacer se concrete en gestos, como él lo hizo en su tiempo, ayudando a las parejas de jóvenes con su dinero, con préstamos para que pudiesen construir sus casas”.

El prelado también pareció dejar un mensaje para el oficialismo: “Que este debate no oculte el verdadero problema del país, que son los pobres”.

 

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