Por qué no

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Otra vez sopa

Sí, claro: grandes actores, una serie hecha para su lucimiento actoral, costosos valores de producción y temáticas “profundas”, crítica social y el desdibujamiento de los límites de lo real: “Maniac” tiene todo eso, innegablemente, pero eso, ¿no cansa ya, cuando todas las series apuntan en el siglo XXI a esas claves?

El dispositivo

La supuesta originalidad de la serie reside en contar ficciones dentro de la ficción, y así jugar con los géneros. Algo que no es original: lo han hecho desde “Las mil y una noches” hasta “Los Simuladores” o “La Flor”. Y Fukunaga lo hace sin verdadero espíritu lúdico, y atando estas historias no a su lógica interna (y, por tanto, su disfrute) sino a la trama que ocurre fuera de las cabezas de los protagonistas. Una trama que, además, no es muy interesante, por más loca que quiera ser.

Puesta canchera

La serie trabaja con una estética retrofuturista que mezcla tecnología analógica y ciencia ficción: algo ya visto, que Netflix está explotado y que no parece ofrecer demasiado en términos narrativos: es apenas un vehículo para el canchereo de su director.

 

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