Con topadoras y sin incidentes, desalojaron las tierras ocupadas en el predio “Nuevo Abasto”

Jaqueado por “patotas y grupos violentas” que desde hace dos meses avanzaban sobre los terrenos destinados a un plan de urbanización, el incipiente barrio que la Comuna denomina “Nuevo Abasto” recibió ayer un espaldarazo a partir del desalojo de los lotes ocupados. La Justicia hizo lugar a un pedido formulado por el municipio, y un impactante operativo de fuerzas de seguridad se desplegó en la zona de 526 y 213 para desactivar la toma.

Apenas pasadas las 7, decenas de agentes de la Policía Bonaerense y fuerzas especiales prepararon el escenario para la llegada de maquinaria vial y grúas de diferentes centros comunales, que arrasaron con las casillas y los postes de demarcación utilizados por los usurpadores para marcar territorio.

Dispuestas por el Juzgado de Garantías N° 2 a partir del pedido de la UFI Nº17, las actuaciones se correspondieron con una denuncia presentada por funcionarios locales. “Los usurpadores no hacían sino impedir el desarrollo de las obras que se pretende ejecutar para urbanizar la zona, en el marco de un trabajo conjunto con la Nación y la Provincia” destacaron desde el municipio local.

Rurales e históricamente en manos privadas, hace tres años las más de cincuenta hectáreas comprendidas a grandes rasgos entre 520, 529, 213 y 217 estaban en la órbita de una firma textil quebrada; entonces fueron tomadas por un grupo de alrededor de 900 familias a las que después de varias semanas de conflicto la Legislatura bonaerense les terminó reconociendo la propiedad, expropiación mediante.

El acta de preadjudicación incluyó los lineamientos del plan de infraestructura y desarrollo “Nuevo Abasto” (que sus habitantes prefieren llamar “Sin Fronteras” por su composición social), del que ya se comenzaron a realizar trabajos de tendido de redes de servicios y apertura de calles, con financiación nacional y ejecución municipal.

De las 56 hectáreas cedidas por el Estado a sus ocupantes, una quincena se preservó para antiguos arrendatarios que cultivan principalmente verduras de hoja como rúcula, acelga y lechuga, y otras como remolacha y tomate.

Un porcentaje significativo de esas parcelas otorgadas -cercano al veinte por ciento- había quedado en manos de los usurpadores, quienes ayer tras ser expulsados se movilizaron hasta la seccional de Abasto (520 y 212).

Nucleados en la Asociación “15 de Abril”, los horticultores de escala familiar se mostraron satisfechos con el desalojo, dado que “las patotas estaban apostadas entre el barrio nuevo y el lugar de producción, y a la noche entraban a hostigar, saquear y romper invernaderos y herramientas”.

Los episodios afectaron también a la futura zona residencial. “En el sector reservado para viviendas se dieron también doscientos lotes ocupados” admitió Ramiro Berdesegar, uno de los referentes barriales de Nuevo Abasto/Sin Fronteras.

“Con esa usurpación, el ritmo de las obras de infraestructura se frenó” apuntó el dirigente, “y llegamos a tener un compañero hospitalizado cuatro días por el tono que tomó el conflicto”.

“Los procedimientos fueron pacíficos, y a pesar de algún conato de resistencia no hubo detenidos”

“Los procedimientos de esta mañana, más allá de algún conato de resistencia, fueron pacíficos y no se registraron detenidos” precisó ayer Fernando Padovan, subsecretario de Seguridad local.

Monitoreado por una mesa de trabajo que integran la Municipalidad de La Plata, la Provincia y la comisión de vecinos, el plan “Nuevo Abasto” prevé la inversión, en etapas sucesivas, de unos 160 millones de pesos, y es financiado por la Subsecretaría de Hábitat y Desarrollo Humano del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.

El primer tramo corresponde al tendido eléctrico, incluyendo la colocación de 560 nuevas luminarias, y la creación de cuatro plazas orientadas a diferentes edades y actividades: la “plaza de la salud” -con cintas aeróbicas y equipamiento deportivo-, la “multideporte”, dotada como para “promover del deporte en los chicos de temprana edad”; el “skate park”, con pistas para distintos niveles de dificultad; y la “del reencuentro”, con juegos para niños e interactivos, mesas para lectura y descanso.

También se instalaría una escuela agropecuaria, y después del cableado eléctrico llegarán el mejorado de calles y el cordón cuneta, catorce kilómetros de veredas de hormigón peinado, rampas para discapacitados, conexión con la red de agua corriente y cloacas derivadas a una planta de tratamientos de efluentes.

El arroyuelo que cruza el lugar será saneado a partir de la ejecución de obras hidráulicas, con la colocación de diez alcantarillas, y sus márgenes alojarán un “corredor verde”.