Veredas rotas, suciedad y la fuente destruida, postales del abandono en 51 entre 7 y 8

En total estado de descuido se ve, desde hace ya un largo tiempo, el corredor peatonal del bulevard de 51 entre 7 y 8. El espacio céntrico, donde se habían aglutinado distintos locales comerciales (varios dedicados al rubro de la gastronomía), se encuentra en muy malas condiciones de su mobiliario urbano y además está ganado por la venta ambulante, que se concentra, fundamentalmente, en la esquina de 7 y 51.

Con mayor precisión, se trata de 100 metros de aspecto deplorable. A pasos de edificios de la Ciudad tan emblemáticos como la Legislatura y la Casa de Gobierno, se despliega un cuadro de numerosos detalles desagradables. A la cuadra no le faltan pozos que realizaron operarios de empresas de servicios y que dejaron sin cerrar; tampoco baldosas rotas, grafitis y suciedad en general. La fuente de la esquina de 8 y 51, muy característica del lugar y que tuvo sus épocas de esplendor, está, por caso, destruida.

Se trata de una cuadra en la que se alinean varios locales comerciales. Hasta hace un tiempo todos estaban ocupados ofreciendo algún rubro en particular, pero desde unos meses a esta parte varios de ellos bajaron sus persianas y así quedaron, cerrados y sin proyectarse a algún otro tipo de emprendimiento.

VENTA AMBULANTE

La cuadra, como otras del microcentro platense, fue ganada, asimismo, por los puestos de venta callejera, y gran parte del espacio público que tendría que ser utilizado para el paso de transeúntes vive ocupado por las mantas y los productos, de todo tipo, que se ofrecen de manera ilegal frente a los negocios regularmente establecidos.

Esos metros de 51 entre 7 y 8 son por demás transitados a nivel peatonal. Y es que corresponden a una zona céntrica, rodeada de comercios, bancos, edificios públicos y oficinas; cercana además a las paradas de colectivos donde los usuarios del autotransporte suelen combinar los transbordos, pues por esa cuadra pasan varias de las líneas de micros locales y provinciales.

El espacio había sido recuperado tiempo atrás, con la remoción y reemplazo de lajas, la instalación de luminarias nuevas y el reacondicionamiento de la fuente. Pero el vandalismo tan propio de esta ciudad no da respiro y la remodelación no tardó en perder lo ganado por los trabajos de la puesta en valor.