“Beautiful Boy”: la lucha de un padre por salvar a su hijo de una adicción a las metanfetaminas

Basada en una historia real, la desgarradora cinta del cineasta belga Felix Van Groening llega a los cines el jueves

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“Beautiful Boy: siempre serás mi hijo”, cinta que se estrena esta semana, es, como su título anuncia, un dramón. La nueva cinta del belga Felix Van Groening narra los intentos desesperados de una familia por sacar a su “precioso hijo” de su adicción a las drogas, principalmente a la metanfetamina, un asunto que causa en EE UU más muertes que los accidentes de tráfico y las armas. Desde ya, hay lágrimas. Desde ya, hay momentos de panfleto antidrogas.

Pero el cineasta belga consigue en este desgarrador relato (no apto para impresionables) algo inhabitual en el cine de Hollywood y en el cine antidrogas: en una era donde el cine narra que solo son adictos aquellos que sufrieron violencias, abusos o el sometimiento de la sociedad (las clases populares), “Beautiful Boy” decide contar la historia de un muchacho adolescente (Timothée Chalamet) de familia de clase media alta, bien estructurada, que casi por afán lúdico termina encerrado en el círculo vicioso y mortal de la droga.

Y lo hace, además, desde la perspectiva de su padre, interpretado por Steve Carell (que siempre mejora todo), escapando a las explicaciones psicologistas y moralistas que suelen tejerse en torno al abuso de sustancias: desde la mirada de papá, ese pequeño chico no tenía motivos para ser un adicto, lo que se traduce en una creciente frustración del personaje ante la falta de explicaciones pero también en una perspectiva diferente ante la problemática de la adicción: estamos ante una epidemia que puede afectar a cualquiera.

“Si algo me ha quedado claro tras hacer esta película es que la adicción no tiene límites, ni discrimina razas, estatus, o géneros”, señaló, en ese sentido, Chalamet, que no buscó ser un actor interpretando a un adicto sino “hacer que el público pensara: ‘Oh, Dios, ese podría ser mi hermano, o mi hijo’, de modo que encontrar la humanidad del personaje fue para mi lo mas eficaz”.

El papel no le valió una esperada segunda candidatura al Oscar (fue nominado el año pasado por “Llámame por tu nombre”), pero aunque muchos sostienen que su trabajo fue un caso de “anzuelo de premios”, la mayoría de los especialistas coincide en que su ausencia de los nominados es un “olvido” importante. Claro, es difícil ponerse en contra de este simpático “it-boy” con pelo de recién levantado y pinta de poeta beat.

LA TRAMA

Basada en dos libros autobiográficos de la protagonista familia Sheff, uno escrito por el padre y otro por el hijo, “Beautiful Boy” cuenta una historia de supervivencia, recaída y recuperación de una familia acomodada que ve cómo su hijo mayor se pierde definitivamente a los 18 años y no pueden hacer nada por ayudarle.

Protagonizada por Chalamet, que irrumpió en escena el año pasado con “Llámame por tu nombre” y “Lady Bird”, el actor contó que perdió ocho kilos para hacer la película, que se rodó sin orden cronológico; en este punto, el director ha alabado al actor, capaz de rodar, una tras otra, escenas en las que “aparecía como un adolescente feliz e inmediatamente se convertía en un adicto al borde de la muerte”.

La cinta está contada con continuos flashbacks en los que la familia, pero sobre todo el padre, repasa una y otra vez momentos de la vida de su hijo para tratar de entender; él es periodista “freelance” e investiga todo lo que puede sobre el efecto de las drogas, y hasta llega a probar algunas de ellas para acercarse al hijo.

“La película no solo trata de la adicción, habla de la familia, de cómo lo pasa y cómo trata de recuperarse. Cuenta una verdad muy dura pero llena de amor incondicional y esperanza”, afirmó el realizador belga, que reconoce haber “aprendido mucho” de los auténticos protagonistas de la historia, que les acompañaron en el rodaje.

 

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