La falta de acuerdos de extradición entre Nicaragua y Brasil complica el escenario

Edición Impresa

Juan Darthés se instaló en Brasil en diciembre de 2018, días después de que Thelma Fardin hiciera la denuncia en su contra. Allá vive austeramente con sus ahorros, según indicaron oportunamente sus abogados.

Darthés nació en Brasil y es por eso que desde el primer momento se sospechó que su radicación en el país vecino escondía una estrategia judicial.

Sucede que no hay acuerdos de extradición entre Brasil y Nicaragua. Y la Constitución brasileña establece que “ningún brasileño será extraditado”. Un elemento decisivo, si se considera que la denuncia contra Darthés está radicada en Managua.

En cambio, estando en Argentina, Nicaragua podría pedir la extradición y luego sería potestad de la Cancillería concederla o no.

El artículo 51 de la Constitución que rige en Brasil desde 1988 dice que “ningún brasileño será extraditado, salvo el naturalizado, en supuesto de delito común, practicado antes de la naturalización o de comprobada vinculación en tráfico ilícito de estupefacientes y drogas afines, en la forma de la ley”.

Según los expertos, históricamente, la política de Brasil fue la de no extraditar a sus nacionales. Tampoco pesa en este caso la ‘reciprocidad entre países’ (como en el Mercosur), donde se ponen en juego las buenas relaciones internacionales. Principios de reciprocidad según los cuales un país extradita con la condición de que a la inversa se haga lo mismo. Pero esa no es una tradición brasileña.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE