Conmoción por otro crimen de un dirigente opositor en Venezuela

Estaba desaparecido y lo hallaron con dos tiros en la cabeza y calcinado en una ruta. Guaidó culpó al régimen de Maduro

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CARACAS

Mientras Venezuela celebraba ayer como una “victoria” el logro de un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en medio de fuertes críticas de EE UU y sus aliados, otra noticia procedente del país bolivariano provocaba una fuerte conmoción: el hallazgo del cadáver calcinado y con dos tiros en la cabeza de un dirigente opositor al régimen de Nicolás Maduro, tras haber estado un día desaparecido.

El jefe de la Asamblea Nacional (parlamento), Juan Guaidó, culpó al gobierno chavista de haber “asesinado” a Edmundo “Pipo” Rada, perteneciente a su mismo partido Voluntad Popular.

El concejal Rada apareció “con el cuerpo calcinado, con dos tiros de gracia en la nuca” después de haber sido reportado desaparecido el miércoles, denunció Guaidó en una rueda de prensa.

“Esto es un asesinato de la dictadura (...) hay claros indicios de que la causa es política”, aseguró el líder opositor, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países.

Guaidó presumió que el crimen fue cometido por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES). “Es la información que tenemos preliminarmente”, acotó.

Las FAES, un cuerpo de élite de la policía creado en 2017, son acusadas de múltiples violaciones de derechos humanos en su lucha contra la delincuencia, incluidas supuestas ejecuciones.

Guaidó no detalló dónde hallaron el cuerpo de Rada, concejal del municipio Sucre (este) de Caracas, aunque trascendió que lo encontraron en una ruta.

Rada, quien -como se dijo- militaba en el partido Voluntad Popular junto a Guaidó, era conocido como líder social en la populosa barriada de Petare y colaboraba en la organización de comedores comunitarios.

UNA BANCA POLÉMICA

Momentos antes de la denuncia, Venezuela obtuvo un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a pesar de las críticas de ONGs y otros países latinoamericanos.

“El mismo día que un sistema de la ONU permite que una dictadura como la de Maduro se siente en una silla bañada de sangre (...), asesinan a Edmundo Rada”, declaró el dirigente opositor.

Un informe de la alta comisionada para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, indicó en julio pasado que el gobierno venezolano reportó 5.287 muertes por “resistencia a la autoridad” en 2018 y otras 1.569 entre el 1 de enero y el 19 de mayo de 2019. Muchos de esos casos, según Bachelet, pueden constituir ejecuciones extrajudiciales.

Sin embargo, el chavismo festejó la obtención del escaño y, como un gesto, anunció la excarcelación de 24 presos políticos. Y Maduro, en Twitter, escribió: “Por encima de las amenazas triunfó nuestra Diplomacia. ¡Victoria en la ONU!”.

EE UU, que se retiró del CDH en 2018 denunciado un sesgo contra Israel, dijo que la elección de Venezuela “es una vergüenza para las Naciones Unidas y una tragedia para el pueblo venezolano”. Washington lidera la presión internacional para sacar del poder a Maduro, que sin embargo, conserva amplio apoyo en la ONU, con respaldo en particular de Rusia y China.

Creado en 2006, el Consejo de Derechos Humanos se compone de 13 bancas para África, 13 para Asia-Pacífico, ocho para Latinoamérica y el Caribe, siete para Europa Occidental y otros seis para Europa del Este. Los miembros sirven por un período de tres años. Latinoamérica está representada actualmente por Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Cuba, México, Perú y Uruguay. (AFP y EFE)

 

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