El todoterreno que da un salto en el tiempo

El Land Rover Defender se mantuvo casi inalterable durante 70 años, pero ahora le llegó la hora de renovarse

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El coche que inició la historia de Land Rover en 1948 ha dado un salto en el tiempo para seguir siendo el mejor 4x4 del mercado, pero según los cánones de una nueva época.

Desde aquel primer Land Rover Serie 1, el todoterreno por excelencia se ha mantenido muy fiel al original, y ahí radicaba buena parte de su encanto. Por eso el reto de crear el Defender 2020 es tan importante para la firma británica. Su puesta de largo fue uno de los grandes acontecimientos del Salón del Automóvil de Frankfurt que abre hoy sus puertas.

Su diseño es un guiño al Defender original. Formas rectas, una parrilla reinterpretada a la manera de los Land Rover actuales pero que mantiene el ADN del ‘primogénito’ y detalles directamente copiados del rey de los todoterreno: voladizos delanteros y traseros prácticamente inexistentes, portón trasero con bisagras laterales y, como no, la rueda de repuesto montada sobre el mismo. Incluso mantendrá las llantas de chapa.

Seguir siendo el rey habrá que conducirlo para comprobarlo, pero Land Rover se ha apresurado a asegurar que el nuevo Defender será tan proverbialmente efectivo en campo como su predecesor. Y lo hace con datos en la mano: ángulos de ataque, ventral y salida de 38, 28 y 40 grados, una altura al suelo de 291 mm y una capacidad de vadeo de 900 mm. Además a los americanos les gustará saber que puede remolcar hasta 3.720 kilos y transportar 168 en el techo en movimiento.

Lógicamente, para ejecutar todo esto debe estar bien armado, y no solo con un motor con par suficiente o con una estructura que facilite el paso de obstáculos. También equipará sistemas de conducción todoterreno pensados para un uso intensivo en campo: tracción total permanente, reductora, diferencial central, bloqueo de diferencial trasero activo (opcional), suspensiones independientes... son únicamente algunos de ellos.

Como novedad, el Land Rover Defender 2020 estrenará un sistema Terrain Response configurable, de modo que los más expertos pueden gestionar de manera individual la acción de las ayudas electrónicas y los novatos en el off road dejar al sistema que actúe como considere en cada momento.

También ofrecerá el ‘capó invisible’, una cámara que muestra en la pantalla la parte del terreno que nos tapa el morro. Los creadores del Defender 2020 sí han tenido libertad para elegir los motores y adecuarlos a las tendencias actuales. Habrá híbridos ligeros desde el principio, gasolina y diésel tradicionales (muy resolutivos en cuanto a prestaciones, seguramente el mayor cambio del nuevo modelo) e incluso híbridos enchufables, que llegarán ya en 2020.

Inicialmente Land Rover ha elegido dos versiones gasolina (un P300 de cuatro cilindros y 300 CV y un P400 de seis cilindros con 400 CV, el único con un sistema microhíbrido incorporado) y otros dos diésel (ambos de cuatro cilindros con 200 y 240 caballos respectivamente para el D200 y D240).

Dado que sigue siendo un coche pesado (todas las versiones están por encima de los 2.100 kilos pese a que ahora su chasis es de aluminio) las prestaciones no son tan boyantes como cabría esperar de sus poderosos motores, aunque quizá sea una señal más de que Land Rover ha seguido priorizando las prestaciones off road. Eso sí, la marca anuncia niveles de confort en carretera sin precedentes (tampoco es tan difícil dado el extremo carácter campero del anterior Defender) y capacidad de sobra para hacer viajes largos.

Por dentro, sencillo y práctico

El interior se ha enfocado, como no podía ser de otro modo, desde un punto de vista práctico. Para empezar, ofrecerá una interesante versatilidad, tanto en la versión de carrocería larga (Defender 110, la primera en llegar al mercado, de 5,01 metros) como en la corta (Defender 90, de 4,58).

 

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