Michael Douglas hacía que su hijo repartiera marihuana

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Cameron Douglas es la oveja negra de la familia: el hijo de Michael y nieto de Kirk viene de pasar ocho años en prisión, una condena que hizo pensar al protagonista de “El método Kominsky” que ya no volvería a pasar tiempo con su hijo.

Sin embargo, Cameron, adicto a la cocaína y la heroína, y que llegó a vender metanfetamina, cayendo finalmente preso y hoy rehabilitado, está en libertad y se reencontró con su padre. Y además, decidió contar la historia de su vida, dejando algunos datitos de color que ya generan escándalo.

Según cuenta Cameron en “Long Way Home” (“Un largo camino a casa”), cuando era chico, su padre lo hacía repartir marihuana en las fiestas.

“Cuando era un niño muy pequeño, recuerdo que mi padre me hacía repartir porros entre los invitados a sus fiestas”, escribió Cameron. “Mi padre me decía: ‘Llevale esto a tu tío’. Y yo lo hacía sin darme cuenta hasta años después de lo que realmente había hecho. A medida que crecía iba de un lado a otro, salía a los balcones de la mansión familiar y veía más de lo que se suponía debía ver: adultos haciendo las cosas que hacen los adultos que viven vidas excesivas”.

Cameron relata en el libro lo duro que fue crecer en medio de esa familia real de Hollywood, con padres ausentes y escándalos en los diarios: su descenso a los infiernos de la droga comenzó tras la separación de sus padres, luego de que Michael fuera encontrado por su esposa con otra mujer, tras lo cual llegó el tratamiento por adicción al sexo de su progenitor. Para los 25 años, según su relato, se inyectaba cocaína hasta tres veces por hora.

 

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