Duro golpe al Estado Islámico con la muerte de su líder
Edición Impresa | 28 de Octubre de 2019 | 00:19

WASHINGTON
El presidente Donald Trump anunció ayer que el escurridizo líder del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), Abu Bakr al Bagdadi, murió “como un perro” en una audaz operación nocturna de las fuerzas especiales de Estados Unidos en el noroeste de Siria.
En un discurso televisado desde la Casa Blanca, Trump detalló que las fuerzas estadounidenses mataron a un “gran número” de militantes del ISIS y acorralaron a Bagdadi en un túnel, donde éste detonó un chaleco suicida. El mandatario añadió que tres de los hijos de Bagdadi murieron en la explosión.
También agradeció a los kurdos sirios “por un cierto apoyo que fueron capaces de darnos”.
Las fuerzas especiales “ejecutaron una incursión nocturna peligrosa y audaz en el noroeste de Siria y cumplieron su misión con gran estilo”, indicó.
El asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien, detalló el dramático mensaje que recibieron el presidente y sus asesores mientras supervisaban la redada desde la Sala de Crisis de la Casa Blanca.
“El comandante de la misión llamó y dijo ‘100 por ciento seguro’ que Bagdadi estaba muerto”, dijo O’Brien en NBC. “Esa fue una gran noticia para nosotros”.
En su apogeo, el ISIS controlaba franjas de Irak y Siria en un estado autodeclarado -califato- caracterizado por la brutal imposición de una versión puritana del Islam.
Además de oprimir a las personas bajo su control, el ISIS planeó o inspiró ataques terroristas en todo Europa, mientras utilizaba su experiencia en las redes sociales para a atraer un gran número de voluntarios extranjeros.
Fue una guerra de años, en los que el grupo yihadista se hizo conocido por sus ejecuciones en masa y espeluznantes asesinatos de rehenes, antes de que la última porción de territorio del califato en Siria fuera tomada en marzo.
La muerte de Bagdadi es un gran impulso para Trump, cuya abrupta decisión de retirar un pequeño pero efectivo contingente de fuerzas estadounidenses de Siria provocó temores de una posible reagrupación del ISIS y le granjeó una andanada de críticas, incluso de su generalmente leal Partido Republicano.
ELOGIOS Y DUDAS
La noticia de la redada fue elogiada por varios líderes mundiales. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo en Twitter que era “un punto de inflexión en nuestra lucha conjunta contra el terrorismo”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, calificó la operación como “un momento importante en nuestra lucha contra el terrorismo”, pero advirtió que ese combate “aún no ha terminado”.
Pero Rusia planteó dudas sobre la muerte del líder del ISIS. “El Ministerio de Defensa no tiene información confiable sobre la enésima ‘muerte’ de Bagdadi”, expresó el portavoz Igor Konashenkov en un comunicado.
La muerte de Bagdadi ha sido reportada en varias ocasiones. Sin embargo, Trump descartó las dudas. Si bien “no quedaba mucho” de Bagdadi, las pruebas de campo de su ADN confirmaron su identidad, dijo el presidente.
Según indicó ayer el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), comandos estadounidenses fueron dejados por helicópteros en la provincia de Idlib (noroeste sirio), en una zona donde se encontraban “grupos cercanos al ISIS”.
Ocho helicópteros dispararon contra una casa y un automóvil en las afueras de Barisha, precisó el OSDH, con sede en Reino Unido, pero que tiene una amplia red de fuentes dentro de Siria.
La operación terminó con la muerte de nueve personas incluyendo un líder del ISIS llamado Abu Yamaan, así como un niño y dos mujeres, dijo.
Un habitante de la zona dijo que había oído helicópteros y luego ataques de aviones pocos minutos después de la medianoche. Turquía, que llevó a cabo una ofensiva contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en el noroeste de Siria en las últimas semanas, tuvo “conocimiento previo” de la operación, indicó un alto funcionario turco.
CUANTIOSA RECOMPENSA
Bagdadi, un nativo iraquí que se cree que tenía alrededor de 48 años, rara vez fue visto.
Desapareció en 2014 y solo se lo pudo ver en un video en abril con una barba gris y roja, junto a un rifle de asalto, mientras alentaba a sus seguidores a “vengarse” después de la derrota territorial del grupo. Su reaparición fue vista como una reafirmación del liderazgo del grupo.
El Departamento de Estado estadounidense había ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares por información sobre su paradero. (AFP y AP)
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