Un hongo hallado en la Región, la clave para poner freno a las cucarachas

Un equipo de investigadores de La Plata busca desarrollar un cucarachicida natural en base a una variedad extraordinaria de hongos que encontraron en Magdalena y resultan letales para ellas

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Como si no les alcanzara con ser uno de los seres del planeta que se reproducen con mayor rapidez, las cucarachas tiene además otra característica fuera de lo común: logran adaptarse a los agentes químicos utilizados para exterminarlas en apenas el lapso entre una y otra generación. Es así que desde hace décadas las empresas fabricantes de insecticidas vienen librando contra las cucarachas una guerra que las primeras parecen cada vez más cerca de perder.

Frente a este reto, un equipo de investigadores de La Plata halló en dos áreas protegidas de Argentina un hongo patógeno que por su letalidad sobre poblaciones silvestres de cucarachas podría ser la clave para desarrollar un insecticida específico tan efectivo como natural.

El anuncio fue realizado por investigadores del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), quienes hallaron el hongo en cucarachas recogidas en la reserva privada “El Destino” de Magdalena y en el parque nacional “El Palmar”.

Este hongo patógeno, bautizado por sus descubridores como Metarhizium argentinense, constituye la primera especie de ese género detectada sobre cucarachas en Argentina y la segunda a nivel mundial.

“El hongo podría ser utilizado para crear un producto natural que permita controlar poblaciones de cucarachas de manera efectiva y disminuir el uso de insecticidas químicos en los hogares, lo que reduciría la probabilidad de que desarrollen resistencia”, explicó la directora del estudio, la doctora Claudia López Lastra, investigadora del CEPAVE, un centro que depende de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET.

TRABAJO DE CAMPO

En su búsqueda de un insecticida efectivo contra las cucarachas, los investigadores platenses concentran parte de sus esfuerzos en el campo. Allí se colectan insectos sanos, muertos e infectados con hongos y se toman muestras del suelo. Estas muestras se llevan al laboratorio, donde se cultivan los hongos que causaron la infección y se hacen pruebas con insectos sanos para comprobar que ésta haya sido la causa de muerte.

Luego de verificar su efectividad contra el insecto blanco los hongos se mantienen vivos en un cultivo puro, cuidando que preservar su patogenicidad (su poder de causar enfermedad). Esta se halla en general en las esporas (una parte microscópica que el hongo utiliza para su dispersión) a las que se les agregan aditivos para mantenerlas activas.

La virulencia del hongo fue probada en las cucarachas más resistentes, las germánicas

De esta forma, cuando el producto se libera en el ambiente, las esporas toman contacto con los insectos y les causan la misma enfermedad que los mataba naturalmente. Pero para poder comercializar un plaguicida de estas características, es necesario realizar pruebas en organismos “no blanco”, que son aquellos que conviven naturalmente con las cucarachas pero a los que no se quieren eliminar.

Los investigadores del CEPAVE probaron ya en laboratorio la virulencia del hongo Metarhizium argentinense contra ejemplares de la especie Blatella germánica o cucaracha alemana, una de las plagas urbanas más extendidas y resistentes en todo el mundo y las más pequeñas de las tres variedades de este insecto que pueden encontrarse en nuestra Región.

“Uno de los aislamientos del hongo logró matar al 76% de las ninfas o cucarachas inmaduras expuestas”, aseguró la doctora Alejandra Gutiérrez, investigadora del CONICET y primera autora del estudio publicado en la revista científica Fungal Biology.

Los investigadores de La Plata han realizado estudios preliminares con diferentes tipos de cebos atrayentes para aplicar el hongo y planifican establecer en el futuro algún convenio con empresas interesadas en producir insecticidas biológicos a fin de lograr su registro para distribución pública.

Del estudio también participaron los investigadores Romina Manfrino, Walter Ferrari y Jorge Barneche, del CONICET y el CEPAVE; Juan García, de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC); Andreas Leclerque, de la Universidad Hochschule Geisenheim, en Alemania; y Christian Luz, de la Universidad Federal de Goiás, en Brasil.

76%
de las cucarachas expuestas no logró sobrevivir a un aislamiento del hongo Metarhizium argentinense

 

 

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