Una muerte que no encontró responsable y sí mucho silencio

Fue un hecho de tremendo impacto a nivel nacional. Ocurrió en diag. 78 y 4. La investigación no encontró un culpable y la causa prescribió

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Por MARTÍN CABRERA

mcabrera@eldia.com

El domingo 17 de mayo de 1992 Estudiantes y Huracán empataron 0-0 por la 13ra fecha del Clausura. El Pincha peleaba abajo y no encontraba buenas noticias. Daniel Romeo, el técnico del equipo, trabajaba para que el equipo encontrase su mejor versión. No obstante, en esa fría tarde platense la noticia no fue el resultado sino la muerte de un hincha a la salida del estadio. Fue el primer asesinato a sangre fría que tuvo la ciudad de La Plata vinculado al fútbol.

Fabián Lo Priore, platense, 26 años e hincha de Estudiantes encontró la muerte en la intersección de diagonal 78 y 5, frente a un kiosco. Allí llegó con un grupo de amigos luego del partido. En esos años las dos parcialidades abandonaban los estadios al mismo tiempo. Y por eso se cruzaron ahí. El final fue el peor.

Según contaron testigos en su momento, Lo Priore intercambió insultos con hinchas del Globo. Pero su invitación a pelear encontró una inesperada reacción: desde una ventanilla de un Ford Falcon blanco alguien disparó un arma calibre 45. Dos balas impactaron en su pecho. Y el auto escapó a toda velocidad en contramano rumbo a la avenida 7.

El Potro, como lo conocían, estuvo unos minutos en el piso. Hasta que sus propios amigos lo llevaron al sanatorio Ipensa, en donde falleció al llegar. En tanto, otro hincha, pero de 17 años, ingresó al Policlínico San Martín con una herida de bala en su pierna. Días después se determinó que había sido la misma bala que impactó segundos antes en Lo Priore.

Su muerte provocó un verdadero impacto en el mundo del fútbol, pero principalmente en el ámbito local. Por primera vez un platense moría a sangre fría por un enfrentamiento. Los otros fallecimientos en La Plata habían ocurrido el 28/5/59 al caerse parte de la tribuna de Gimnasia en un clásico, en el ‘75 por idéntica situación en un Estudiantes-Central, en 1976 por una bala perdida de la Policía en un confuso episodio durante un Estudiantes-Huracán (el día de la bandera de Montoneros) y el 10/6/83, cuando un hincha albirrojo cayó del tren que lo trasladaba hacia Avellaneda para la disputa de la segunda final contra Independiente.

Al velatorio asistieron el presidente albirrojo Ignacio Ércoli y el ex futbolista José Luis Brown. Hubo muestras de condolencias de parte del Club Gimnasia y también de Julio Grondona, presidente de AFA. Durante días los medios siguieron de cerca la investigación policial.

LA DÉCADA PERDIDA

La causa Lo Priore fue llevada por el juez Amílcar Vara, quien a finales de mayo del ‘92 ordenó la detención de Luciano Magnoli. Pero una semana después la Cámara Penal platense lo liberó por no encontrar pruebas suficientes.

La causa, en adelante, transitó por caminos sinuosos y nunca pudieron establecerse puntos en común entre los acusados y el episodio. En 1996 Pablo Barrionuevo fue otro detenido por unos días, pero la misma Cámara Penal lo liberó por falta de méritos. En mayo del ‘98 el juez Vara fue destituido (además llevado a jury) y la familia Lo Priore retomó la denuncia, ahora mediante la jueza María Isabel Martiarena.

El 30/5/2003 , luego de nuevos estudios y la presentación de pruebas contundentes por parte de los abogados Carlos Irisarri, Juan Losinno y Flavio Gliemmo, la justicia penal platense ordenó la detención de los dos jóvenes que anteriormente habían sido investigados y que habrían participado en el violento ataque. Lo dispuso la nueva jueza de Transición.

Pero ninguno fue encontrado más allá del pedido extendido a Interpol y meses después la causa prescribió. Ambos se presentaron -con sus abogados- para ratificar la caducidad de la causa y desde entonces no tienen cargos en su contra. Fueron sobreseídos de inmediato.

Según coincidieron varios consultados, este caso fue paradigma de la negligencia judicial. Por eso hoy, 27 años después, no tiene culpables.

Este medio tomó contacto con la familia de la víctima y ratificó la historia. Y desde su entorno más cercano lamentaron que el principal sospechoso de su muerte tenga una cuenta en Facebook en la cual pasea su costado de barra brava, incluso con posteos de banderas robadas a San Lorenzo. Fútbol y Argentina, una combinación poco feliz.

 

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