Escalan las protestas en Bolivia por el cuestionado triunfo electoral de Evo

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LA PAZ

La ola de protestas contra la polémica reelección de Evo Morales va escalando en Bolivia, donde el gobierno propuso ayer al candidato opositor Carlos Mesa sumarse a una auditoría internacional de la elección presidencial para intentar detener la violencia callejera.

Luego de una jornada que dejó al menos 30 heridos, entre ellos algunos de bala, el vicepresidente Álvaro García Linera propuso a Mesa, el “candidato perdedor, que se sume a la auditoría” de los comicios del 20 de octubre que estará en manos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y para la que aún no hay fecha.

Mesa, un centrista que ya fue presidente entre 2003 y 2005, afirmó poco después que sólo aceptará la auditoría “si (Morales) está dispuesto a no aceptar el resultado del Tribunal Supremo Electoral” mientras se realice la auditoría y si le reconocerá un “carácter vinculante”.

La respuesta llegó poco después a través del ministro de Comunicación, Manuel Canelas: “Nosotros nos sometemos a lo que concluya la auditoría”.

El pedido para que Mesa acepte la auditoría se produjo después de que Morales acusara que seguidores del ex mandatario pretendían cercar este martes el despacho presidencial en el marco de las protestas iniciadas la semana pasada en gran parte del país para denunciar un fraude electoral.

La oposición “ha decidido concentrarse y cercar la Casa Grande del Pueblo”, como llama Morales a la Casa de Gobierno, alertó el mandatario la noche del lunes ante una multitudinaria concentración de trabajadores y campesinos, que festejaron su triunfo electoral en El Alto, ciudad vecina de La Paz.

Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, asegura que las protestas forman parte de un plan de “golpe de Estado” en su contra. (AFP)

 

 

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