Un homenaje y el reclamo de justicia por el crimen de “Bocacha” en Ponsati

Se llevó a cabo en el club “Inter”, de 4 y 84, donde el joven jugó al fútbol. Padres y amigos juntaron fondos para pagarle a los abogados

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En las instalaciones del Centro Recreativo Internacional o “el Inter”, como lo conocen en Villa Elvira, la jornada del domingo se vio cargada de fútbol, amigos y familias. La canchita de 4 y 84 vio rodar la pelota con fines solidarios y la muchedumbre que se hizo presente recordó con una sonrisa el motivo que los convocó allí: la vida de Nicolás Pérez Gatti, el joven repartidor de pizza que fue asesinado de un tiro durante un asalto, hace más de un mes.

Mónica y Eve, madre y hermana de “Bocacha”, como lo llamaban sus amigos, trabajaron con ahínco en el buffet. Leonardo, el padre, se encargó de organizar el resto de la jornada, que comenzó a las 11 de la mañana. Primero jugó un combinado del barrio contra “La Naranja Mecánica”, el equipo donde Nico jugaba con su suegro.

Después se disputó un partido homenaje entre la categoría 2000 -en la que se había desempeñado el joven- y la 98’. Durante el encuentro colocaron una placa en uno de los travesaños de un arco con la inscripción “En Memoria a Nicolás Pérez Gatty (se escribe Gatti), Arquero Cat. 2000”.

Luego jugaron el resto de las categorías del club y finalmente participaron de un amistoso los padres y adultos que dijeron presente.

“Hubo mucha gente, nos conmueve la solidaridad del barrio y hasta de personas que no conocíamos”, le dijo un emocionado Leonardo a este diario.

El motivo de la actividad “es que se divulgue el pedido de Justicia” por el crimen de Pérez Gatti y “también que nos ayude a recaudar fondos para pagarle los honorarios a los abogados”, explicó Mónica.

“TRATAMOS DE SEGUIR”

A Leonardo le rondaba la idea de organizar un partido para homenajear la memoria de su hijo. El fútbol era una de las pasiones de Nicolás, pero le gustaba practicarlo con sus amigos. La idea de volverlo su “trabajo”, es decir practicarlo en forma profesional, no lo convencía. Fueron las amigas del chico quienes insistieron para que la idea se volviera algo más grande, que reúna más gente y ayude de otra manera a la familia.

Por eso, además de lo que fue la jornada de ayer, planificaron un “bingo” para el próximo domingo. “Se va a hacer con todas donaciones de la gente, igual que lo de hoy (por ayer). Las hamburguesas, los chorizos, las tortas y el resto de las cosas las donaron amigos y gente que no conocíamos, que con mucha gentileza se acercaron a colaborar”, resaltó Leonardo.

Por su parte, la mamá del repartidor señaló que “tratamos de seguir. Estamos haciendo varias cosas para mantener la cabeza ocupada, les preguntamos todo el tiempo a los abogados por las novedades”.

Y remarcó que “hay mucha gente que nos está ayudando, eso nos levanta un poco. Es reconfortante ver que tantas personas se interesan por el caso”.

En cuanto a la causa, Mónica manifestó que “nos dijeron que la investigación continúa su curso. La fiscal (Sabrina Cladera) iba a tomar indagatoria a más testigos y apeló al fallo” de la jueza del fuero de Menores, a cargo de la causa desde la detención de los dos menores de 16 y 17 años”. La magistrada los envió a su casa una semana después de ser aprehendidos por considerar insuficiente las pruebas.

UN CRIMEN EN EL BARRIO

El hecho tuvo lugar el sábado 5 de octubre último, a las 22.30 en 81 entre 116 y 117, de Villa Ponsati. Nicolás, quien trabajaba para la pizzería “La Italiana” de 80 entre 118 y 118 bis, llegó al frente del inmueble y le entregó el pedido a una mujer.

La dueña de casa tuvo que entrar a buscar más plata para completar el pago. Según la investigación, mientras esperaba que volviera la clienta, Pérez Gatti fue abordado con fines de robo y en ese contexto recibió un disparo en la cabeza. Malherido, cayó al asfalto y sobre él la moto, una Honda Wave que fue un regalo de sus padres para el cumpleaños número 18.

En esas circunstancias lo despojaron de un billete de 500 pesos. La bala que lo mató salió de una pistola calibre 9 milímetros, como las que usa la Policía Bonaerense. En la escena quedó tirado el seguro del arma y se calcula que la pieza se desprendió al ser disparada. El joven vivía a metros de allí y su crimen conmocionó a la vecindad.

 

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