Santa paciencia: la carrera al Oscar empezó en Mar del Plata, pero el que no fue tendrá que esperar
Edición Impresa | 18 de Noviembre de 2019 | 02:27

Por PEDRO GARAY
El viernes, en una de las últimas jornadas del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, “Parásitos”, una de las películas más comentadas del año y candidata a convertirse en una de las primeras cintas de habla no inglesa de llevarse el Oscar a mejor película, se proyectó en Argentina por última vez hasta febrero: por decisión de la distribuidora, la nueva cinta de Bong Joon-ho, una sátira desmelenada (una verdadera fiesta cinematográfica) de la violencia que engendra la lucha de clases en el capitalismo tardío, se estrenará cerca de los Premios de la Academia, para aprovechar un teórico “efecto Oscar” cada vez menos notable.
Para 2020 también quedará el drama romántico de sutil pincel “Retrato de una mujer en llamas”, delicatessen de una plástica puesta que colocará su historia de amor prohibido en las listas de lo mejor del año: los estrenos tardíos ya son una costumbre, e incluso, en tiempos de salas copadas por Disney, la especulación llega al punto de que, si no se da la nominación, se puede caer el estreno.
Así, la proyección de algunas de las películas más esperadas de los “otros cines” en La Feliz ha cobrado particular relevancia: en estos diez días se vieron, por ejemplo, otras precandidatas al Oscar extranjero como el intensísimo melodrama que eligió Brasil para la velada de la Academia, “La vida invisible de Euridice Gusmao”, sobre las jaulas invisibles que controlan la vida de dos hermanas; o “El traidor”, la nueva cinta de la leyenda italiana Marco Bellocchio. No tienen fecha de estreno en el país. Tampoco se verá en cines la ganadora del Gran Premio de Cannes “Atlántique”, drama romántico sobrenatural impredecible y brillante: llega derecho a Netflix el 29 de noviembre.
El festival de La Feliz puede haber perdido presupuesto, presencia de figuras y hasta días de duración, pero la grilla sigue albergando joyas: también se pasearon por la ciudad balnearia durante estos diez días de cine otras que suenan para el Oscar, empezando, claro, por la última de Martin Scorsese.
La titánica “El irlandés”, tres horas y media de los grandes éxitos gángster de Marty, con todos los “buenos muchachos” y un epílogo crepuscular sobre el crimen y el castigo, sobre la vejez y el remordimiento, sirvió de clausura, días antes de su estreno (jueves y viernes: en La Plata de verá en el Select) y una semana antes de su llegada a Netflix (el 27 de noviembre).
En la fiesta del cine faltaron otras candidatas como “Marriage Story” de Noah Baumbach (estrena 6 de diciembre en Netflix) o la “Mujercitas” de su pareja, Greta Gerwig (estrena el 23 de enero), pero si otra que suena fuerte (una lista que componen películas ya estrenadas como “Dolor y gloria”, “Contra el destino” y “Había una vez en Hollywood”, en otro año sin grandes candidatos): “Una vida oculta”, que se estrena en Argentina el 6 de febrero, es otra demostración del lirismo desaforado y arrollador de Terrence Malick, ahora puesto al servicio de una potente historia sobre la fe en tiempos desesperados y el silencio de dios. Malick, siempre trascendental, transforma el tiempo, envuelve al público durante tres horas con otra forma de respirar, de vivir: su ambiciosa apuesta y su “relevancia” son características que suelen atraer votos de los miembros de la Academia.
En un curioso doble programa del primer día del festival, la historia de un mártir que se negó a servir a Hitler en Austria de Malick fue mostrada antes de “Jojo Rabbit”: la nueva de Taika Waititi (el director de “Thor: Ragnarok” y “Lo que hacemos en las sombras”), una sátira desfachatada que tiene a Hitler de amigo imaginario de un jovencito alemán, deja de alguna manera en evidencia los excesos de solemnidad de Malick, que llevarán a algunos a catalogar “Una vida oculta” de bodriazo. Con las armas de la comedia, Waititi desarma bandos y preconcepciones, desafía la mirada sorprende a cada paso y aunque con la irreverencia como bandera termina construyendo una historia profundamente humana y sorpresivamente tierna. A Jojo también hay que esperarlo hasta enero.
Muy buenas películas argentinas estrenadas en Mar del Plata corren mejor suerte: aunque habrá que ver cuántas salas consiguen, el festival fue el primer encuentro de varias cintas de próxima llegada a salas, como la demoledora “Los Sonámbulos”, pura tensión acumulativa bajo la cámara de Paula Hernández (estrena el jueves); "Hogar", mención especial de la competencia argentina del Festival (12 de diciembre); o una de las películas más disfrutables de la muestra marplatense, “Las buenas intenciones”, que antes de su estreno en diciembre tendrá un paso previo por La Plata la semana que viene, en el marco del Fesaalp y gratis.
Y otras precandidatas al Oscar internacional se verán desde el finde en La Plata, en el marco del Fesaalp: la deslumbrante y apocalíptica “Monos” y la chilena “Araña” son parte de una competencia internacional con 16 películas. Probablemente sea la chance final para verlas en pantalla grande: en tiempos de cinefilia en fuga, perseguida hacia fuera de las salas por Thanos, no hay que desaprovechar las oportunidades...
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