Necesidad de mejoras sustanciales en la educación pública

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En los últimos tiempos la situación de la escuela pública en nuestro país ha involucionado casi dramáticamente, a través de un largo proceso de deterioro y así lo termina de corroborar un informe de dirección general de Cultura y Educación bonaerense, demostrativo de que casi el 15 por ciento de los alumnos estatales cursó más de una vez el mismo año en la escuela media, y que casi el 5 por ciento deja los estudios. Se indicó, asimismo, que en las escuelas primarias públicas, el porcentaje de repetidores se duplicó en los últimos años

Tal como se informó en la nota publicada ayer en este diario, según las autoridades educativas hoy se ha llegado a niveles altísimos en la tasa de repitencia y resulta imperativo bajarlas. Los datos oficiales muestran que para el período 2017/2018 más de cinco de cada cien chicos de primarias estatales habían recursado, mientras que en el sistema privado no llegaban a uno de cada cien. Lejos del 3 por ciento –considerado como tasa aceptable-, esa brecha, que pegó un salto en 2016, es la peor en casi una década.

Se detalló también que en las secundarias bonaerenses los niveles de desempeño son todavía más bajos que en primaria, con una brecha mayor entre los establecimientos de una y otra gestión: en ocho años, la tasa de repitencia en el sector estatal pasó del 13,32 al 14,23 por ciento, contra el 4,16 por ciento del nivel medio privado.

En tanto que en el mismo período los niveles de abandono mostraron mejoras: en las escuelas públicas cayó más de la mitad, al bajar del 10,71 al 4,79 por ciento, mientras que en las privadas varió del 5,06 al 3,41. También, las tasas de promoción en el sector estatal mostraron una sostenida línea ascendente en los últimos ocho años: del 74,14 por ciento pasaron al 79,15, por debajo aún del 91,79 de promovidos que registra la educación media privada.

El artículo publicado reflejó la posición de un especialista, según el cual esta tendencia de las escuelas estatales a recibir y retener a los alumnos que verían impedida su continuidad en el sector privado debería llevar a volver debatir y recuperar las investigaciones sobre la repitencia, planteando interrogantes tales como ¿en qué medida para los alumnos que repiten, volver a pasar por las mismas situaciones de aprendizaje le garantizaría una mejor experiencia educativa? ¿En qué medida esta repetición le permitiría, ahora sí, aprender lo que no aprendió en la ocasión anterior?

A grandes rasgos puede decirse que, una vez más, queda expuesto que sobran evidencias de la bondad de un sistema educativo que contó, durante muchas décadas, con una escuela cuya calidad la convirtió en modelo para numerosos países. Desde una situación inicial de virtual analfabetismo en la mayoría de la población, evolucionó en forma notable impulsada por la ley de educación común 1420, que en 1884 estableció la educación común, gratuita y obligatoria en la Argentina.

Pero no sólo nuestro país, sino la Provincia, supieron tener una educación pública de calidad. Sin embargo, con posterioridad y por una multiplicidad de razones esa excelencia se vio degradada y prontamente reflejada por crecientes índices de deserción y repitencia escolares –así como por un ostensible traslado de la matrícula hacia la escuela privada-, hasta llegarse a un extremo de déficit educativo oficial que debiera revertirse en el menor tiempo posible.

La capacidad intelectual de nuestra población, acompañada por firmes decisiones políticas, resultan ser resortes idóneos como para confiar en que podría resolverse en tiempos relativamente breves un problema que, como el de la educación pública, se ve insólitamente relegado, en perjuicio de miles de chicos que merecen la mejor de las enseñanzas.

 

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