A la hora de armar el arbolito ofrecen opciones para todos los bolsillos

Las vidrieras platenses ya están vestidas de Navidad y le recuerdan a quien las mire que en pocos días habrá que desempolvar la caja con los adornos y armar el arbolito.

Como siempre es necesario renovar algún adorno, EL DIA visitó diferentes comercios para saber cuánto cuesta ambientar el hogar de modo festivo.

Un árbol de 120 cm con dos juegos de luces, 24 adornos navideños, cuatro guirnaldas y un pesebre de once piezas tiene un valor aproximado de 6 mil pesos.

Si lo que hay que reponer son las luces, las distintas opciones que se pueden emplear para adornar el árbol o distintos rincones del hogar tienen los siguientes precios: 60 luces blancas, $479; 100 luces blancas, $419 y igual precio tiene la misma cantidad, pero de colores.

Si se opta por luces con forma por ejemplo, estrellas, las 20 unidades salen $479,40.

PARA TODOS LOS BOLSILLOS

Los árboles de 180 centímetros van de $1139 a $2399.

Los adornos de los árboles pueden adquirirse en sets que van de $199 a $299 por 6 unidades.

Otros con mayor cantidad de detalles se venden por unidad y salen de $119 a $199.

Los que estén dispuestos a comprar un árbol ya decorado tendrán diferentes alternativas. Por ejemplo un pequeño árbol para adornar una mesa se consigue desde $300.

Los más altos van de $7.000 - los de 120 cm - a $9.000 - los de 180 cm-.

Los centros de mesas con motivos navideños arrancan en $130, por ejemplo, pequeños candelabros para dos velas.

Los adornos de pared se pueden adquirir desde $ 65, por ejemplo coloridas campanas plásticas hasta otros de diseño y dimensiones más grandes que rondan los $ 800.

EL PESEBRE

El pesebre, en tanto, que habitualmente se coloca debajo del árbol navideño, representa otro gasto extra estimado de alrededor de $500 a $1400 (por diez piezas). Está claro que hay múltiples variantes y precios. Por caso, se ofrece un pesebre navideño más los animales, de yeso y compuesto por 11 piezas de 35 centímetros, a $2.750.

Cuándo se arma el árbol

En muchos hogares es tradicional armar el árbol de Navidad cada 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, y punto de partida para instalar el clima festivo en la familia.

El árbol permanece decorando el hogar generalmente hasta el 6 de enero, día de los Reyes Magos.

Si bien siempre se asoció a los cristianos, ese objeto ya es parte de una práctica que traspasó las barreras de lo religioso y se instaló como un evento que se expande alrededor del mundo.

Por eso es habitual observar que instituciones, centros comerciales, oficinas, calles y diferentes espacios públicos se colmen de figuras coloridas que hacen referencia a las fiestas.

Por lo general, la figura de Papá Noel es la gran protagonista y, aunque no sea habitual verlos por estas tierras, los renos y los muñecos de nieve también se suman a las decoraciones.

Hay varias leyendas sobre la costumbre de armar un árbol en época de Navidad y su significado. Pero la más difundida le atribuye la tradición a una decisión del papa Pío IX.

Al margen de cualquier explicación, lo cierto es que hace casi 200 años que la mayoría de las familia de nuestro país respetan la costumbre.