Terrible: una banda entró en una quinta de Romero y encañonó al bebé de los caseros

Le pusieron un arma en la cabeza al nene de un año y le pegaron al padre para sacarle 8.000 pesos y elementos de valor

Edición Impresa

Como cualquier otra noche de cualquier otro día, el miércoles pasado el silencio era total en la zona de quintas de 515 entre 166 y 167, en Melchor Romero, hasta que a las 22.30 tres delincuentes que estaban encapuchados y portaban un arma de fuego cada uno se encargaron de quebrar esa calma.

En particular la de un matrimonio de caseros que durante el día trabajan como peones en un campo de producción hortícola de ese mismo lugar y en ese momento estaban con sus dos pequeños hijos.

Durante casi 10 minutos la familia vivió momentos de muchísima tensión y angustia, dado que los maleantes se mostraron violentos y hasta dispuestos a que el asalto derivara en una tragedia.

“ME PEDÍAN DINERO Y ARMAS”

Ayer a la tarde los rostros de las víctimas reflejaban todavía las secuelas de la difícil noche que les tocó atravesar por culpa de la inseguridad.

Edgardo Benítez (29), a quien los asaltantes no sólo hostigaron con amenazas, sino que además le aplicaron un culatazo en la cabeza, reveló a este diario que los ladrones irrumpieron en el terreno cerca de las 10 y media de la noche, que saltaron la tranquera y lo redujeron enseguida.

“Eran tres, estaban encapuchados y cada uno de ellos tenía un revólver -recordó-; mi mujer estaba en la pieza con nuestros tres hijos”, dos nenas de 11 y 6 años, y un bebé de 1 año.

Edgardo no tardó mucho en asumir que la banda estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de salirse con la suya.

“De entrada, uno de ellos me empujó y me hizo tirar al piso. Y para asustarnos, realizaron tres disparos al suelo”, señaló.

Segundos después de que uno de los asaltantes ingresó en la casa Edgardo escuchó dos detonaciones más que lo paralizaron de miedo: es que “adentro estaban mi mujer con los chicos”, resaltó. Supo más tarde que esos balazos también fueron al piso, pero cuando en un primer momento intentó levantarse para correr hacia la finca otro de los asaltantes le dio un fuerte culatazo en la cabeza. “Por suerte no me hirieron”, rescató el muchacho.

Más allá de estas vicisitudes, el momento más dramático para las víctimas fue cuando uno de los delincuente “le puso el revólver en la cabeza al bebé de 1 año, mientras me ordenaba que les dijera dónde estaba la plata”.

“Al final nos sacaron 8.000 pesos, dos celulares, una tablet y documentos de toda la familia”, detalló.

Edgardo calculó que los delincuentes “estuvieron acá cerca de 10 minutos” y que si bien los vio llegar “caminando” no pudo precisar si no los esperaba afuera algún cómplice en un vehículo.

Refirió que “por más que les expliqué que somos empleados, que el dueño de la quinta vive en otro lugar, nos insistían para que les demos pesos, dólares y hasta armas”.

“ERAN CAPACES DE MATAR”

Seguidamente, admitió que “nos asustamos mucho, porque pensamos que podrían llegar a dispararnos a cualquiera de nosotros”.

“Eran capaces de matar, por eso fue un momento muy difícil”, expresó luego.

Teniendo en cuenta la peligrosidad demostrada por los intrusos, quedó en segundo plano el enorme desorden que a su vez dejaron en la vivienda. Recordó que “hace dos semanas entraron cuando habíamos salido. Robaron una cámara digital de fotos y una desmalezadora”. Y cerró: “Le dijimos al dueño que nos queremos ir por los robos”, por lo cual los llevará a otra quinta, comentaron.

La inseguridad en las quintas de la zona oeste movilizó semanas atrás a ese sector.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE