Las inspecciones en la Terminal de La Plata, una obligación que casi nadie cumple
Edición Impresa | 30 de Noviembre de 2019 | 02:40

Debería ser una rutina pero nadie la cumple: en la Terminal de micros de La Plata los controles a las unidades de larga distancia brillan por su ausencia y, al decir de los pasajeros y de los propios choferes, sólo se realizan en temporada alta o durante los fines de semana largos. El resto del tiempo, se coincide, casi nadie verifica que los colectivos salgan a la ruta en condiciones.
El diagnóstico no es caprichoso sino que surge del relato de los propios protagonistas. De diez choferes de larga distancia consultados ayer por EL DIA en la Terminal local, todos aseguraron que los controles a los que deberían someterse antes de iniciar un viaje “rara vez” se realizan y suelen cumplirse, como se dijo, en fechas especiales y de mucho movimiento en la ruta.
“Controles se hacen, pero muy a las perdidas”, dijo uno de los choferes consultados y que, al igual que sus compañeros, prefirió mantener su nombre en reserva. Otro aseguró que las inspecciones no son ni periódicas ni sistemáticas. “Si no son vacaciones o fines de semana largos -aseguró otro de los choferes, que ayer venía de un viaje a la Costa-, nadie controla nada”.
En relación a los factores que acrecientan el riesgo de accidente en las rutas, la mayoría coincidió en señalar a la falta de descanso como uno de los principales detonantes. “En temporada alta vas y venís como loco; nadie descansa las horas que debería”, aseguró ayer un conductor de una empresa que realiza viajes al Norte.
A todo esto, hay que decir, las oficinas de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) que funcionan dentro de la Terminal se encontraban ayer cerradas cuando EL DIA realizó el relevamiento. Se pudo leer que está abierta de lunes a viernes de 8 a 15 horas y que el número telefónico para consultas y reclamos es 0800-333-0300.
Claro que lo dicho por los choferes también fue confirmado por los pasajeros que ayer recorrían la Terminal, muchos de los cuales aseguraron que comunicarse con alguna autoridad o ente contralor es una misión poco menos que imposible. Jorge, por ejemplo, un vecino de la zona de 13 y 61, contó que se subió el jueves pasado al micro 273 interno 93 -en la parada de 7 entre 47 y 48- y que tanto él como otros pasajeros la pasaron muy mal. Pese a que intentó denunciar lo ocurrido, nunca encontró a nadie del otro lado del teléfono que le tomar el reclamo.
“El chofer paró alejado del cordón y apuró de malos modos a una señora que no podía subir -detalló el pasajero-. Después parecía correr una carrera con los otros micros y miraba su teléfono celular cada dos minutos. Llamé a la empresa y nadie me contestó, pero tampoco tuve suerte cuando llamé al 0800 de la CNRT. La única respuesta fueron algunas sugerencias gravadas pero nada más. Quise e intenté denunciar a ese chofer porque en una de las paradas dejó a un chico pequeño colgando del estribo y aceleró con la puerta abierta, pero lamentablemente no pude comunicarme con nadie. Ni con la empresa ni con el ente regulador del transporte”.
Los controles, se sabe, deberían no sólo ser obligatorios sino frecuentes. El mes pasado, sin ir más lejos, se volvió obligatorio usar el cinturón de seguridad para todos los pasajeros de micros de larga distancia, de acuerdo al Protocolo de Seguridad para los Servicios de Transporte por Automotor de Pasajeros de Carácter Interurbano, establecido por la resolución 149/2019 de la Secretaría de Gestión del Ministerio de Transporte.
Según se indicó, lo que se busca con esa exigencia es reforzar las medidas de prevención para reducir fatalidades. El problema, claro, es que hasta ahora nadie controla que los micros de larga distancia salgan con los pasajeros debidamente protegidos con el cinturón de seguridad.
“Viajo regularmente y nunca vi que en los micros se hiciera alguna inspección ni que se exigiera que usemos el cinturón de seguridad”, aseguró ayer Reinaldo Corbalán, uno de los tantos pasajeros que recorrían la Terminal. El problema de la falta de controles, se sabe, es que no hacen más que tapar una serie de irregularidades que sólo acrecientan los riesgos de cualquier micro que sale a la ruta.
En las últimas inspecciones realizadas por el ministerio de Trabajo de la Nación, de hecho, se estableció que más del 60 por ciento de los micros de larga distancia controlados en distintas estaciones terminales del país presentaban alguna infracción, en su mayoría, por excesos de la jornada laboral de los conductores. A muchos de ellos no se les habían otorgado los francos correspondientes y un elevado número tenía su libreta de trabajo en condiciones irregulares.
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