El futuro al alcance de la mano

En la muestra se presentó la nueva cara de la industria automovilística, inmersa en un profundo proceso de transformación. Hubo una gran ausencia de los gigantes europeos

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Por THOMAS GEIGER

Agencia DPA

El Salón del Automóvil de Tokio mostró la nueva cara de la industria automovilística, inmersa en un profundo proceso de transformación, en el que la fantasía y el espíritu pop se materializan en colores tan brillantes como los neones del barrio de Akihabara, formas que remiten a Disneyland o tan futuristas como un cómic, así como formatos inusuales.

En Tokio también se presentaron estrenos como los nuevos Toyota Yaris, Mazda MX-30, el sucesor del Subaru Levorg o la próxima generación del Honda Jazz

Pero los coches de serie no son los que más atención suscitan entre los profesionales visitantes, para eso están los concept car, que también pudieron verse en el recinto ferial Big Sight.

A primera vista, esta puede parecer la impresión habitual en Tokio. Pero hay una diferencia decisiva con respecto a los últimos años: la mayoría de los diseños y conceptos futuristas son una realidad.

Nadie duda de que los minibuses autónomos para el tráfico urbano están listos para su puesta en marcha, como el E-Palette de Toyota, previsto para debutar en los Juegos Olímpicos de 2020. Igualmente ocurre con los deportivos eléctricos, como el monoplaza E-Racer, también presentado por el líder del mercado Toyota.

En el terreno de los SUV, se presentaron los enchufables Nissan Ariya o Lexus LF30, éste con piloto automático y puertas de apertura superior. Y Daihatsu y Suzuki apuestan por los minicoches, los llamados ‘Kei-Cars’.

LOS JAPONESES VAN MÁS ALLÁ DE LA MOVILIDAD ELÉCTRICA

Una diferencia con respecto a las ferias europeas o chinas es la cuestión de la motorización, ya que en éstas se presentan casi exclusivamente autos eléctricos. Los japoneses tienen mayor amplitud de miras y están investigando más posibilidades, no dejándose llevar por la fiebre de la electromovilidad.

Honda, por ejemplo, sigue confiando en la tecnología híbrida. Por eso seguirá equipando la próxima generación del utilitario Jazz con ella. Toyota apuesta firmemente por la pila de combustible y, con su diseño, la segunda generación del modelo Mirai ya no parece tan peculiar. Y Mitsubishi, por su parte, tiene en el MI-Tech un concept car híbrido enchufable con una turbina de gas.

Pero los fabricantes japoneses no dejan de lado el coche eléctrico, aunque vayan por otro camino, ya que aunque no compiten en velocidad y autonomía, sí que piensan en la ciudad y la conducción urbana como el entorno ideal para los vehículos eléctricos.

Por este motivo, el primer coche eléctrico de Toyota es pequeño, del tamaño de un Smart, con una autonomía de 100 kilómetros y una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora.

El Mazda MX-30, cuyo lanzamiento está previsto para el próximo verano (boreal), tiene una potencia de solo 103 kW/140 CV en comparación con otros coches similares, además de tener una batería de 35,5 kWh, una autonomía de poco más de 200 kilómetros, con un precio de algo menos de 34.000 euros (unos 37.670 dólares).

POCOS EXPOSITORES EXTRANJEROS

El Salón de Tokio ocupa un lugar destacado en el calendario ferial del sector automovilístico internacional y tiene una buena reputación por sus imaginativas presentaciones, por eso sigue gozando de gran popularidad. No obstante, este año parece un certamen casi nacional, porque pocos fabricantes extranjeros expusieron en los pabellones de Big Sight.

Entre las automotrices alemanas, solo estuvo presente en el Salón de Tokio Mercedes con el concept car Vision EQS y la Clase V para mostrar el programa de coche aerodinámico inteligente (IAA por sus siglas en inglés).

Y el único estreno mundial corre a cargo de Alpina, especializada en actualizaciones de modelos de la marca BMW, que lanza su B3 en base a la nueva Clase 3.

La ausencia de marcas extranjeras en Tokio puede tener varios motivos, pero Toyota y las demás firmas japonesas probablemente deben tener el suyo.

Mientras los gigantes europeos no estuvieron presentes en la gran feria asiática, la gran mayoría de marcas japonesas no acudieron al Salón del Automóvil de Fráncfort (IAA por sus siglas en alemán) celebrado en el mes de septiembre.

 

 

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