Impecable policial de clásica factura

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Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

afcastab@gmail.com

NAVAJAS Y SECRETOS.- Con los trazos del viejo policial inglés, Rian Johnson hace a un lado la crueldad y la violencia espectacular del cine de acción de estos días, para sumergirse en un inteligente relato de detectives, que tiene algo de la literatura de Agatha Christie y algo del cine de Alfred Hitchcock. Lujosa casona y festejo de los 85 años de un poderoso patriarca. Tras la reunión, el millonario dueño de casa aparece degollado. ¿Crimen o suicidio? Dos policías rutinarios y un detective perspicaz empiezan a interrogar a los familiares. Todos tienen razones de sobra para querer eliminar a ese señorón que les dio mucho pero ellos exigen todo. El dueño de casa sólo confía en una enfermera (una indocumentada latinoamericana) y un ama de llaves de gesto ácido que ronda como un fantasma.

La historia es un aceitado mecanismo de relojería que no sólo no deja cabos sueltos, sino que ve encontrando a cada paso nuevos atajos para poder ir ensanchando la lista de culpables y motivaciones. No hay confesiones, hay apenas insinuaciones y detalles que el detective va decodificando a pura intuición y deducción. Otra vez el dinero es la causa de una tragedia que pone en tela de juicio la engañosa armonía de una familia llena de agachadas, con infieles, vanidosos, tramposos, aprovechadores y codiciosos esperando la herencia.

Un film perfecto para quienes extrañan estos policiales de buenas maneras, ingeniosos y elegantes. La puesta adquiere el matiz amable y ecléctico de una comedia de costumbres que cada tanto toma un desvío crepuscular para rozar la perversidad. Hay muchos hallazgos en una puesta en escena que no deja personajes sin analizar y que no cede a la tentación de lo inesperado. Lo sorpresivo esta alma de esta familia que espera una muerte para empezar el reparto y que al final se desayuna que el desenlace en vez de enriquecerlos los deja más desnudos que nunca. Por dentro y por fuera.

(****MUY BUENA)

 

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