Flor Jazmín Peña: quién es la bailarina que llevó al “patadura” Occhiato a la gloria
Edición Impresa | 18 de Diciembre de 2019 | 03:08

“Ayer estábamos repasando cómo fue que llegamos hasta acá, fueron una serie de cosas inesperadas”: así dice Florencia Jazmín Peña, y así es, efectivamente, porque nadie esperaba que con Nico Occhiato, su compañero en el “Bailando 2019”, se consagraran campeones.
Es que Occhiato, ex pareja de la bicampeona y subcampeona Flor Vigna, es un autoconfeso “patadura”, y cuando dio sus primeros pasos en la pista no parecía que fuera a llegar lejos. Incluso, ni siquiera estaba convocado, originalmente, para esta temporada, sino que se sumó cuando Tinelli dio de baja “Genios” y se decidió por poner el “Bailando” toda la semana: necesitaba más parejas, y entonces llamó a Occhiato, en pleno proceso de ruptura con Vigna, para calentar el rating.
Ella, en tanto, no era parte del elenco estable de Tinelli, sino que, al contrario, había sido rechazada tres años seguidos en los casting. Y sin embargo, este año fue, como le dijo Ángel De Brito ayer, minutos antes de ganar la final del concurso de baile más importante de la tevé, la gran revelación de la pista. Y la clave para que un “patadura” como Occhiato haya ganado el trofeo más codiciado por todos los bailarines.
El camino hacia la conquista más importante de su carrera fue arduo para Florencia Jazmín Peña, que desde los 18 años “me saqué el apellido y pasé a llamarme Flor Jazmín”, para que no la confundan con quien fue jurado de esta edición del “Bailando”. Soñaba en aquellos años con hacer una carrera en lo que le gusta: la danza y el humor (estudió stand up y suele subir videos humorísticos en Instagram), pero todavía no se animaba a dar el paso hacia el profesionalismo, y ocupaba su tiempo estudiando Educación Física por presión de sus padres. Cuando a los 20 les dijo que quería bailar de forma profesional, para lo que se preparó desde los 8 años, ellos fueron claro: “Si querés dedicarte a esto vas a tener que trabajar para pagarte las clases porque nosotros no te vamos a bancar en esta”, le tiraron.
Camino a la fama, Flor fue moza, promotora, recepcionista, todo por un sueño
“Me costó mucho aceptar que me gustaba bailar. Me daba vergüenza porque me parecía que era menos que una carrera universitaria. Y mis papás tampoco estaban de acuerdo con que lo hiciera”, le contó al portal Teleshow. La carrera la hacía infeliz y comprendió que “si no bailo, nada funciona”. Tras tres años de Educación Física, Flor tenía claro lo que quería.
A PULMÓN
Y fue la historia de una voluntad: la oriunda de Lanús salió a laburar para pagarse las clases y entrenar. Fue moza, promotora, recepcionista, entregaba panfletos, de todo. En el camino a la fama, conoció a su actual coach, Matías Ramos: también él había elegido la danza contra todo, y sin conocerla le brindó su apoyo. Hoy es su entrenador.
Eran días de largos viajes en micro desde Lanús para trabajar y estudiar, con poco espacio para dedicar a su arte. Una vez la llamaron de un casting de bailarinas: como tenía un compromiso para hacer de promotora durante un par de semanas, dijo que no. Era del cuerpo de baile de Tini Stoessel: fue el momento donde hasta su madre le dijo que si iba a dedicarse a esto, lo hiciera de lleno.
“Cuando me enteré de todo me rompió la cabeza. Me había salido un trabajo de bailarina, como yo quería, y yo había dicho que no para estar de promotora”, reveló la campeona del “Bailando”. Lejos de frustrarse, aprovechó lo que le pasó y dejó de trabajar solo para conseguir dinero y hacer lo que verdaderamente le gustaba.
Los videos en Instagram, como siempre en estos tiempos, la ayudaron a dar el salto: una parodia de “La Casa de Papel” fue vista por más de dos millones de personas, y así la llamaron de “La Tribuna de Guido”. Ahí, conoció a Nico Occhiato, que un año más tarde pensaría en ella para acompañarlo en el “Bailando”. Para entonces, Flor Jazmín había sido rechazada tres veces por el equipo de Tinelli, en 2016, 2017 y 2018.
“Evidentemente nos teníamos que cruzar, porque es muy loco todo. Nico me conocía de Instagram, de ver mis videos de baile, y propuso que sea yo su compañera. Siento que crecimos un montón a nivel interno, nos superamos como personas”, contó Flor Jazmín sobre su pareja de baile. “Creo que formamos un muy buen equipo desde el primer día, y eso hizo que cada uno tuviera un papel esencial. Llegamos todos juntos hasta acá porque nos unimos para mejorar ritmo tras ritmo”.
Así, a puro empuje, llegó Flor Jazmín, en menos de 12 meses, de brindar seminarios de baile y trabajar de lunes a lunes para sobrevivir en el mundo artístico, a coronarse campeona en la pista más importante del país. “Nadie me regaló nada”, se enorgulleció ayer, tras conseguir el título.
Aunque, quizás, haya tenido un poco de ayuda de la suerte. Esa que la puso en contacto con Matías Ramos, con Occhiato. La suerte, admite, juega un papel, y por eso respetó una cábala a rajatabla: “Me puse la misma bombacha que usé en la semifinal, porque sentí que me iba a dar suerte. A partir de ahora ésa va a ser la bombacha de las noches importantes de mi vida”, afirmó risueña. La suerte del campeón.
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