Entre la economía y el cambio cultural cae la venta de pirotecnia
Edición Impresa | 21 de Diciembre de 2019 | 02:28

El uso de pirotecnia, tan tradicional en las fiestas de fin de año, poco a poco va quedando como parte de la historia costumbrista. Cada vez se apela menos a ese tipo de festejos: un amplio sector de la población lo rechaza por el daño que, aseguran los especialistas, le producen los estruendos a las personas con trastorno del espectro autista, bebés y mascotas, en particular los perros.
Además, este año, al cambio cultural se le suma la cuestión económica. El costo de vida resulta muy caro y entre las prioridades de gastos de la gente no figuran precisamente los petardos, cohetes o fuegos artificiales.
Con todo, la venta de pirotecnia cayó respecto de la Navidad anterior, según señalan los mismos comerciantes del rubro, a la mitad.
“Se vende un 50 por ciento menos”, estimó el dueño de una casa de venta de fuegos de artificio que le atribuyó la merma en la compra de pirotecnia a los cambios de hábitos de la gente y a la situación económica. “Pasan las dos cosas -añadió-. No hay plata y además se está perdiendo la costumbre”.
A raíz de la demanda de los vecinos, la Defensoría bonaerense lanzó una nueva campaña contra el uso de la pirotecnia, campaña que hace foco en los efectos que provocan esos estallidos “en adultos mayores, niños, personas con discapacidad, animales e incluso en el medio ambiente”. Se pidió, en ese sentido, la colaboración de los municipios, con la promulgación de ordenanzas que prohiban esa forma de festejo.
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