Disputa por el casco baleado de un soldado platense en Malvinas
Edición Impresa | 27 de Febrero de 2019 | 02:05

Cuando fue herido en la batalla de Monte Longdon, durante la Guerra de Malvinas, el soldado Jorge “Beto” Altieri perdió el contacto con el casco que le había salvado la vida atenuando el impacto de las esquirlas de mortero que lo alcanzaron en el combate. Volvería a tener noticias de ese elemento hace siete años, cuando apareció subastado en un sitio de Internet. Altieri quiso entonces comprarlo, pero no pudo: un coleccionista lo adquirió doblando su oferta. Ahora, el actual dueño del casco, en Londres, lo ofrece en una subasta on line que cierra hoy con un precio base equivalente a más de medio millón de pesos.
Para Jorge Altieri, recuperar ese casco, que todavía hoy exhibe las huellas del impacto de las esquirlas a la altura de la frente y su propio nombre escrito en birome en la parte interior, es un anhelo largamente perseguido. Y lo quiere para tenerlo él, en principio, y donarlo más tarde a algún museo argentino.
“Lo quiero porque es parte de mi historia. Y porque me salvó la vida”, le dijo a este diario el ex soldado, quien fue a Malvinas integrando la Compañía de Infantería Maipú del Regimiento 7 de Infantería de La Plata, ciudad de la que todavía conserva buenos recuerdos, “de los desfiles en la Plaza Moreno y de la gente”.
Vecino de Lanús y empleado de Pami, Altieri todavía conserva secuelas de las graves heridas sufridas: “perdí tejido de la parte izquierda de mi cerebro que contiene los circuitos de conducción del brazo, la pierna y el habla. También perdí mi ojo izquierdo y ahora tengo una prótesis”, cuenta.
Si no perdió también la vida, agrega, fue por el casco que hoy se subasta en Internet (a través del sitio e-Bay) por 10.500 libras esterlinas (13.000 dólares). Y es por eso que busca recuperarlo.
Para eso comenzó a hacer intentos hace siete años. Primero, pujando en la primera subasta on line, en la que ofreció 400 libras esterlinas y el actual dueño, 800.
Más tarde entrando en contacto, a través de intermediarios, con el dueño del casco, pidiéndole que se lo devuelva o se lo venda al precio pagado en la primera subasta. Pero no tuvo éxito.
“En estos días nos comunicamos con él, e incluso le ofrecimos hasta mil libras por el casco, pero él primero se negó a venderlo y después nos pidió 5.000 libras que no podíamos juntar”, dijo Altieri.
A 37 años del conflicto, el casco revive en él recuerdos de una noche límite.
“Con mis compañeros combatí contra el Tercer Batallón de Paracaidistas británico en Monte Longdon, donde fui alcanzado por una esquirla que mató a varios de los nuestros e hirió a muchos otros. Todavía recuerdo lo fría que se sentía sobre mi cara la sangre que me brotaba de la cabeza, porque en el frío de las islas todo se congelaba enseguida; mis compañeros me bajaron del monte al pueblo, allí me hicieron curaciones y me replegaron al continente sin darme cuenta que el casco había quedado allá, dónde lo encontró uno de los paracaidistas ingleses contra los que habíamos combatido en el monte”.
Según agrega Altieri, “pensé que no iba a volver a ver ese casco nunca más, hasta que hace años un muchacho me informó que estaba en una subasta en internet en Londres; yo al principio no lo creí posible, pero él me mostró las fotos en las que se veía el agujero de la esquirla y la etiqueta que yo le había puesto con mi nombre del lado de adentro”, indicó.
“Hace poco nos enteramos que el dueño sacó el casco a una subasta que vence hoy y le puso una base de 10.500 libras. Eso me dejó muy dolido pero hizo que mucha gente me expresara su solidaridad. Ahora espero que algún funcionario me ayude a negociar con este señor. Yo no quiero que me regale el casco, pero no llego a lo que está pidiendo ni de casualidad”, agregó.
Altieri aclaró que “hay un tratado que protege a los equipos de los soldados al momento del final de la guerra; el casco, el uniforme y el correaje deberían ser restituidos al soldado si está vivo y se lo puede identificar como es este el caso”, sostiene y agrega; “estoy esperando a ver que pasa mañana (por hoy) con el cierre de la subasta, para ver si hay ofertas o en manos de quien queda el casco”.
También tiene un pedido especial relacionado con La Plata: “me gustaría que una placa recuerde los nombres de todos los soldados que ingresaron en 1981 y pelearon en Malvinas”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE