“Con las mismas palabras que salen en el diario se escribe un poema”
Edición Impresa | 3 de Marzo de 2019 | 08:23

Ensayos sobre literatura, reflexiones acerca del oficio de crítico cultural, análisis de autores fundamentales como Pedro Lemebel, Natalia Ginzburg o Nicanor Parra y crónicas sobre el ritual solitario de la lectura confluyen en “No leer”, el libro en el que Alejandro Zambra logra plasmar su universo de pasiones, obsesiones y aficiones como lector, crítico y escritor.
Zambra (Chile, 1975) vive actualmente en México, desde donde habla sobre la reedición del libro, a cargo de Anagrama, que reúne textos escritos a lo largo de 2003 y 2018 y que, sin orden cronológico, dan cuenta de las diversas facetas del autor de obras tan heterogéneas como “Facsímil”, “Formas de volver a casa” y “Bonsái”.
- En las primeras líneas dice que el libro es “un elogio de la lectura”, y al leerlo podemos trazar una biografía de su vida como lector. ¿Cómo se define como lector o cómo definiría su biografía literaria?
- No lo sé. Preferiría no definirme de ninguna manera, ni como lector ni como escritor. Yo veo ese libro como una colección de recurrencias y desvíos. Hay posiciones que permanecen pero también cambios de perspectiva, a veces bien explícitos. Leer es aprender a estar solo, pero siempre me interesó la circulación de ideas y opiniones. Me gusta esa alternancia de soledad y compañía, de ruido y silencio.
- ¿Cómo surgió la idea de reeditar “No leer” que, además de tener nuevos textos, cuenta con algunos modificados o reescritos por completo?
- “No leer” llevaba unos meses fuera de librerías y Anagrama quiso reeditarlo. Por lo demás, buena parte de la autoría le corresponde al editor original, Andrés Braithwaite: a él se le ocurrió este libro, hace diez años. Yo había publicado un montón de artículos en revistas y en diarios, pero fue él quien quiso armar el libro. Ahora, con su complicidad, fuimos agregando cosas, algunas recientes pero no eran muchas porque ya no colaboro en prensa periódicamente. Y también rescatamos del limbo un puñado de textos.
- Los textos están agrupados en tres apartados: un conjunto de textos más general y variado, el segundo con eje en autores emblemáticos de Chile como Parra, Millán, Bolaño, aunque cuando avanza la lectura se corre el límite geográfico, y el tercero remite más a reflexiones sobre su propia ficción o su rol como escritor. ¿Cómo fue la decisión de agruparlos de esa manera?
- Es la estructura que propuso el editor y me gustó. El leyó todo lo que yo había escrito, que era como un pésimo libro de mil páginas, y armó ese librito que es comparativamente bastante flaco. Me gusta que haya varios chilenos, aunque debería haber muchos más. También hay algo accidental en el libro, ahora que lo pienso. Hay autores que he leído siempre y sobre los que no he escrito una sola línea.
- Su último libro, “Tema libre”, ya salió en Chile y saldrá en marzo en la Argentina, y reúne ensayos, diarios, columnas y cuentos. ¿Cómo fue ese trabajo?
- Lo pasé muy bien escribiéndolo, además que volví a trabajar con Braithwaite, reincidimos. Si “No leer” es sobre leer, “Tema libre” es más sobre escribir. Se fue armando casi solo, pasé los últimos tres años escribiendo otros libros que aún no publiqué, esos textos surgieron como interrupciones provechosas, como matices urgentes.
- Retomando un planteo de J.M. Coetzee, afirma que un escritor pone a prueba el lenguaje de su época. ¿Por qué?
- Porque trabajamos con esa materia tan maleable que es el lenguaje. Con las mismas palabras que salen en el diario se escribe un poema. No es fácil.
ALEJANDRO ZAMBRA
Editorial: Anagrama
Páginas: 312
Precio: $ 1095
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