Un conflicto por un galpón en 60 entre 20 y 21 derivó en una batahola con un herido

Hubo una batalla entre más de 30 personas luego de que la dueña ordenara al inquilino abandonar el lugar por falta de pago

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“Esto es mío y de acá no me voy”. La mujer, de 89 años, llevaba varios meses programando el viaje a su ciudad con el objetivo de recuperar lo que, según sostiene, le pertenece. Entró al taller mecánico situado en 60 entre 20 y 21 con la firme intención de demostrarle al titular del servicio que esta vez se terminaba la relación. Se sentó entre herramientas engrasadas, chapas y autos, dando por finalizado el litigio, pero no fue así. Unas horas más tarde, en el mismo galpón con un local a la calle, ante la mirada atónita del barrio, se desarrolló una batahola entre presuntos amigos y colaboradores de los propietarios como del inquilino en la que volaron trompadas, palos, piedras y puñales hasta dejar a un herido y un detenido, acusado de provocar esa lesión con una cuchilla de carnicero.

El episodio demandó la intervención de un grupo de la Policía especializado en disturbios. El barrio, en su dinámica sabatina se vio alterado con las corridas, los gritos y escapes por los techos de las propiedades linderas.

El pánico en que entraron en las casas vecinas fue impulsado por el malestar y temores del pasado a raíz de movimientos que, según le contaron este diario algunos vecinos con pedido de reservar su identidad, tenía el taller especializado en equipos de gas para autos.

“Nunca tuvo habilitación ni como taller ni para trabajar con gas. Los vecinos hicimos muchas denuncias desde hace varios años, pero nunca tuvimos respuesta”, le dijo a este diario un frentista de la zona.

Los vecinos dijeron que en el barrio “hay miedo” no solo por las personas vinculadas al taller, sino porque hemos tenido varios robos. Entre esos, se citan dos -en años sucesivos- sufridos por una familia en la cuadra de 20 entre 59 y 60. Las víctimas, vinculadas a la venta de combustibles, sufrieron violencia -que dejaron profundas secuelas- por parte de ladrones que los despojaron de mucho dinero. En el último caso, a principios de 2018, la Policía calculaba que habían ingresado por el fondo del imponente chalet.

La batalla campal del sábado se investiga en una causa a cargo del fiscal penal Juan Menucci (UFI Nº 5). El funcionario aguardaba detalles ayer sobre los protagonistas de la violencia. Puntualmente, si un grupo llegó al taller acompañando a la mujer que se presentó como propietaria junto a su hija y el otro apareció junto a quien se presentaba como dueño del taller unas horas después de que fuera echado del lugar, cuando la mujer de 89 años, que vino desde El Bolsón, Río Negro, anunció que de allí no se movería.

Un taller con historia

Según contaron en el barrio, el comercio en cuestión funcionó durante más de una década. Primero tuvo dos dueños, que alquilaban la propiedad. “Hace unos dos años, se fueron y en el barrio respiraron porque tampoco inspiraba confianza lo que hacían, pero al poco tiempo apareció otro hombre, el que estaba ahora”, indicó un vecino.

Este diario pudo saber que era un empleado de la firma anterior y a instancias de un acuerdo con la inmobiliaria que administraba la propiedad, inició su negocio. “Nunca hubo contrato y dejó de pagar. Entonces, se inició un juicio de desalojo que no prosperó. Hubo denuncias cruzadas y todo terminó como se vio el fin de semana”, se apuntó cerca de la investigación.

 

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