El “Loco” Romero, más presionado por sus ausencias el Senado bonaerense

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José Maldonado

jmaldonado@eldia.com

El próximo jueves, cuando vuelva a sesionar la Cámara de Senadores de la Provincia, los legisladores votarían aplicar una sesión al senador camporista Jorge “Loco” Romero, quien fue denunciado por acoso sexual y desde fines del año pasado no se presenta en el recinto ni en las reuniones de comisión. Eso, si antes el legislador camporista no responde una segunda intimación de la presidencia del cuerpo para que justifique sus continuas inasistencias, que generan conflicto hasta con sus propios compañeros de bloque kirchnerista.

La presión sobre Romero creció en los últimos días, luego de que estallaran públicamente las denuncias por supuesto acoso sexual contra el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca, de Cambiemos. Al legislador, que responde al mando político de Andrés “Cuervo” Larroque, se le aplicarían los términos del reglamento interno del Senado de la Provincia, que prevé un recorte en la dieta que cobra como legislador. En términos disciplinarios, no es mucho más lo que el cuerpo puede hacer con la situación del senador camporista.

El caso de Romero se conoció a fines del año pasado, cuando el legislador fue denunciado por una militante de La Cámpora de haber intentado obligarla a practicarle sexo oral después de una salida grupal con otros dirigentes de la agrupación juvenil kirchnerista. El senador emitió un comunicado en sus cuentas de redes sociales en donde ensayó un mea culpa y anunció que se apartaría de sus funciones. Pero pasados ya seis meses, Romero sigue en su banca, pese a que desde entonces no se lo volvió a ver ni por el Senado ni por el edificio Anexo de 7 y 49.

La situación generó un sacudón institucional. Primeros fueron los propios compañeros de Romero los que decidieron hacer un movimiento con respecto a su situación. La jefa del bloque de Unidad Ciudadana, Teresa García, resolvió correrlo de su función en las comisiones legislativas de las que participaba. Oficialmente, se explicó que la decisión obedecía a la necesidad de cubrir esas vocalías, ya que Romero no estaba concurriendo a las reuniones de comisión. Pero el movimiento fue leído como un gesto político de distanciamiento con el senador camporista, que desde que estalló el escándalo por las denuncias en su contra no asistió a ninguna de las actividades de la Cámara.

En ese marco, la conducción de la Cámara decidió hace algunos días atrás pedirle a Romero que justifique sus continuas inasistencias a las sesiones. Fue luego de que el Secretario Legislativo del cuerpo, Mariano Mugnolo, elevara por su parte una notificación a la presidencia informando que Romero no había ido a las últimas seis sesiones del cuerpo, contando la Asamblea Legislativa y la sesión preparatoria, entre otras.

Romero nunca respondió ese pedido. El pasado jueves, el presidente del Senado Daniel Salvador insistió con una segunda intimación para que Romero dé explicaciones sobre sus inasistencias, según confirmaron fuentes del Senado.

De seguir así la situación, en la sesión del próximo jueves se analizará su caso en el recinto y se decidirá si se lo suspende en sus funciones o si por ahora solamente se le aplica una multa. Además de ello se le descontará el sueldo por todos los meses que no concurrió a la cámara.

El reglamento interno del Senado establece un máximo de cinco inasistencias consecutivas sin justificar. Si Romero no aparece en el recinto en la sesión convocada para el jueves para dar alguna explicación sobre sus inasistencias, hay un principio de acuerdo para votar la aplicación de una sanción en su contra, que se aprobaría por mayoría simple.

La presión creció al conocerse las denuncias contra el titular de Diputados, Manuel Mosca

 

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