Ataque a ejemplares centenarios del arbolado de la Ciudad

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Una vez más especialistas y técnicos de reconocida idoneidad en el tema del arbolado urbano enfatizaron sobre la existencia de protocolos internacionales relacionados a las podas de ejemplares, destinados a evitar que se cometan daños irreparables bajo argumentos falaces. Tales consideraciones surgieron, como se sabe, luego de que días atrás se realizara en calles céntricas de nuestra ciudad una verdadera mutilación de plátanos, propia de las podas excesivas y descontroladas que suelen realizan las cuadrillas municipales.

Se trató de un hecho que, en una ciudad como La Plata, cuyo arbolado es parte esencial de su patrimonio histórico y cultural -ya que formó parte, como el diagrama de sus calles y la extensión original de redes de servicio poco comunes en la época de la fundación-, de las características más sobresalientes e identificatorias de la nueva urbe.

Luego de formular consideraciones genéricas sobre el objetivo de una poda, que debería estar siempre inspirada en originar el menor impacto posible sobre la salud y estructura de los ejemplares, advirtieron que la cuestión instrumental no origina dudas, en especial a partir de la existencia de guías llamadas “mejores prácticas de gestión”, desarrolladas por la Sociedad Internacional de Arboricultura y por otras organizaciones, que no ofrecen dudas acerca de los procedimientos a seguir.

Los expertos señalaron que, en términos generales, la poda de los árboles adultos, y sobre todo de los centenarios, debe limitarse al corte de ramas secas o con defectos estructurales graves. En ese tipo de árboles, agregaron, se debe remover menos del 10 por ciento de su estructura vegetativa y/o radicular. Los procedimientos de poda, tanto de la parte aérea como del sistema radicular, deben seguir protocolos técnicos muy específicos. Asimismo, la poda debe realizarse una vez que al árbol se la hayan caído sus hojas, permitiendo que elementos esenciales acumulados en las hojas se trasloquen a otras partes del árbol.

A su vez, destacaron que en árboles jóvenes se puede remover hasta el 50 por ciento de su estructura viva; en los de mediana edad, hasta el 25 por ciento y, en los adultos, sólo hasta un 10 por ciento de su estructura viva. Desde luego que no fue esto lo que ocurrió con los plátanos centenarios de la calle 56, cuyo ramaje fue literalmente amputado.

Cuesta realmente entender el criterio que se sigue en el área comunal a cargo del arbolado público platense. Se han venido sumando testimonios consistentes de agrónomos de nuestra Universidad y ahora de especialistas internacionales, que detallan perfectamente el procedimiento correcto y la época de las podas. Pero son muchas las administraciones comunales, entre ellas la actual, que se resisten a seguir las pautas científicas. Las podas siguen siendo extremadamente agresivas –por momentos, se parecen más a meras acumulaciones de madera- y lastiman ciertamente a los árboles, impidiendo la armoniosa formación de nuevas hojas, tallos, raíces, flores y frutos. Los árboles quedan debilitados y la Ciudad pierde sombra para el verano.

Se ha dicho ya en forma insistente que no faltan agrónomos y técnicos forestales de relieve en nuestra ciudad. La Municipalidad debiera consultarlos y evitar estas podas depredatorias. Los funcionarios no sólo están obligados a recordar que se habla de un patrimonio que viene del pasado, preservado por muchas generaciones, sino que se debe proyectar hacia el futuro, por cuento constituye una defensa de excelencia frente al avance de la polución ambiental.

 

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