Hong Kong se rebela contra la ley de extradición a China

La policía reprimió con dureza las masivas protestas en rechazo del proyecto que, según sus detractores, daría a Beijing poder para perseguir políticamente a sus opositores

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HONG KONG

Las masivas protestas contra un proyecto de ley que permitiría extradiciones a la China continental causaron ayer los mayores disturbios de la historia reciente de Hong Kong, con enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que intentaban llegar al parlamento.

Decenas de miles de manifestantes vestidos de negro, en su mayoría jóvenes, inundaron de nuevos las calles contra este proyecto de ley que, según sus detractores, daría a Beijing poder para perseguir políticamente a los opositores.

Según las autoridades, hubo 22 heridos, entre policías y manifestantes. Los enfrentamientos estallaron cerca del Consejo Legislativo (LegCo, parlamento), donde se examinará el texto en segunda lectura. Según los analistas, se trata de la mayor violencia desde 1997, cuando Hong Kong, entonces colonia británica, fue devuelto a China.

El parlamento, dominado por los diputados favorables al gobierno de Beijing, anunció por el momento el aplazamiento del debate a “una fecha ulterior”.

Los enfrentamientos recuerdan el Movimiento de los Paraguas de 2014, las grandes protestas prodemocráticas que llevaron a miles de personas a paralizar durante dos meses barrios enteros de esta megalópolis y a enfrentarse a la policía pero sin resultados palpables.

Esta vez sin embargo la policía parecía decidida a no ceder terreno. Los manifestantes tampoco dudaron en lanzar barras de metal o botellas y un policía inconsciente tuvo que ser evacuado.

Las fuerzas de seguridad rechazaron a los manifestantes que intentaban entrar en el LegCo usando porras, gases lacrimógenos y balas de goma así como bolsas llenas de canicas (bolitas) de plomo.

GOBIERNO INFLEXIBLE

Hong Kong, una antigua colonia británica, ya vivió el domingo la mayor manifestación desde 1997 en la que, según los organizadores, participaron hasta un millón de personas.

Pero esta movilización espectacular en una ciudad que tiene siete millones de habitantes no hizo variar la posición de Carrie Lam, la jefa del Ejecutivo, que rechaza retirar la ley y que ayer no dudó en calificar las protestas de “disturbios organizados”.

Muchos hongkoneses temen caer en manos de la justicia china, opaca y politizada, y que la nueva ley afecte además a la imagen de Hong Kong y a su atractivo económico. El acuerdo de 1984 entre Reino Unido y China estipulaba que el territorio mantendría su semi-autonomía y sus libertades civiles, que no existen en la China continental, hasta 2047.

Sin embargo, desde hace diez años, el gobierno de Beijing se implica cada vez más en los asuntos de Hong Kong y refuerza su presencia política.

La nueva ley autorizaría las extradiciones con los territorios con los que no existe un acuerdo bilateral, incluyendo la China continental. (AFP, AP y EFE)

 

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