El mágico museo de los hermanos Rau

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Amantes de los coches de colección, los hermanos Cecilio y Jorge Rau, recorrieron el país para comprar autos antiguos. Pero no querían exponerlos en cualquier lugar, sino en un espacio con valor histórico. Así fue que, en 1984, compraron lo que había sido el primer templo de Tolosa -que en ese entonces llegaba hasta calle 36- una construcción en ruinas sobre calle 1 entre 34 y 35.

“Tardamos 22 años en acondicionarlo y abrirlo al público”, cuenta Evelín (39), la hija de Jorge. Heredera de la pasión por los autos, a los 17 sacó el registro de conducir y a los 18 ya manejaba su cupé Ford T de 1917, que fue premiado en 2011 como el vehículo mejor conservado en Autoclásica.

Hoy, Evelín y su papá conducen el museo que abre sábados, domingos y feriados a las 15, y muestran con orgullo los 15 vehículos en exhibición, entre ellos un tractor y un carruaje. Allí crearon, también, una pintoresca cafetería rodeada de los relucientes coches (todos funcionan), un patio adoquinado con aljibe de mármol y miles de objetos antiguos: juguetes, surtidores de nafta a manija, letreros enlozados, estufas de bolsillo y hasta pomos de agua perfumada para el carnaval. Visitarlo es un encantador paseo en el tiempo.

Por esas curiosidades de la vida, Cecilio Rau, fanático de las carreras y de los autos, jamás en su vida aprendió a manejar. Tras años de trabajo, lamentablemente murió cinco meses antes de la apertura del Museo, a los 70 años.

 

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