Enrique Pinti: “En España ser panqueque es un delito, acá es normal y no se les cae la cara”
Edición Impresa | 28 de Junio de 2019 | 06:39

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO
Dice Enrique Pinti que el nuevo espectáculo de monólogos de actualidad con el que esta noche regresa al Coliseo Podestá tiene, sin embargo, “bastante poco de nuevo” porque “si la realidad cambiara sería un estreno pero en este país los estrenos no funcionan porque todo es viejo”. Estamos condenados a la eterna repetición, asegura.
Por eso decidió, según contó en diálogo con EL DIA, llamarlo “Al fondo a la derecha” porque, por un lado, refiere “al lugar donde nos mandan los gobiernos cada vez que vamos a protestar: a cagar” aunque también lo pensó como un “homenaje” al Fondo Monetario Internacional que es, a su criterio, “nuestro verdadero presidente”.
“Vos podés decir cualquier cosa en este país porque total después, si conviene a la ola política, te arrepentís y ya estás del lado de los inocentes”
La “derecha”, claro, refiere a la tendencia que ve en actualidad y que tiene, según analiza, “a todo el mundo yendo para ese lado”. Aunque no es algo que lo sorprenda.
“Son movimientos de la humanidad fluctuante, que siempre pasan. Cuando la izquierda hace muchas cagadas, viene la derecha. Y cuando la derecha se zarpa, viene la izquierda. Son movimientos pendulares que nos toca vivir, a los que tenemos muchos años, y hemos visto cómo se va y se viene”.
A punto de cumplir ochenta, a los que llegará en octubre, confiesa “ya no me sorprende casi nada”, ni siquiera “toda esta rosca política que están haciendo ahora para las elecciones en las que todo está mezclado con todo”.
Dice Pinti que estas alianzas y cambios de bando y de pareceres políticos no son nuevos. “Los españoles tienen el término justo: tránsfuga, que son los que cambian de ideología y de partido de acuerdo a sus conveniencias. Pero en España, el transfuguismo, es un delito, está penado por la ley. Mientras que acá el transfuguismo es algo absolutamente normal. Y no se les cae la cara porque no se les ha caído nunca”.
De memoria privilegiada, repasa en menos de un minuto otros casos de “panquequismo” en la historia política argentina, aunque posa sus recuerdos sobre el fin del peronismo, donde las veletas, dice, eran moneda corriente.
Y, aunque repite que a su edad ya hay poco que pueda sacarlo de asombro, “siempre uno tiene como una especie de límite que lo lleva a preguntarse cosas: ¿Qué hace Pichetto con Macri después de todo lo que dijo? ¿Qué hace Alberto con Cristina después de todo lo que dijo sobre ella?”.
En este sentido, reflexiona sobre esta moda cool que manda por estos días y que tiene que ver con reconocer errores, arrepentirse y seguir como si nada.
En un mundo yogui dominado por el “dejar fluir”, Pinti remarca que “nada es estable, ni definitivo” entonces está permitido darse vuelta. “Vos podés decir cualquier cosa porque total después, si conviene a la ola política, te arrepentís y ya estás del lado de los inocentes. Podés haber robado, afanado, haberte metido en el narcotráfico, lo que sea, pero la cosa es arrepentirse. Y arrepentirse significa delatar a alguien que está por encima tuyo. Entonces si vos das nombre de la gente que te mandó a hacer algo, ya tu culpa queda disminuida”.
Algo que le parece terrible al creador de “Salsa criolla”, el show con el que estuvo más de treinta años en cartel, porque “nadie toma conciencia de que hay buenos actos y malos actos”.
“Es lo mismo si gana Macri o Cristina”, responde, consultado por cuál ve cómo el mejor panorama de cara a las presidenciales de octubre, aunque advierte que “las consecuencias pueden ser diferentes, de un lado y del otro, porque seguramente va a ser muy diferente la reacción de la gente que esté en contra de uno y de otro”. Pero el escenario, destaca, será igual de desolador: “no se arregla nada”.
“Es exactamente lo mismo si gana Macri o Cristina, no se arregla nada con ninguno de los dos”
“Pase lo que pase, gobierne, quién gobierne, con dictadura, democracia, con una economía ultra neoliberal o con una ultra populista demagógica, acá siempre se corta la luz, siempre hay malos servicios, siempre viajás como el culo, siempre no alcanza para las necesidades elementales de cualquier sociedad medianamente desarrollada. Entonces, yo, a las teorías, me las paso ya sabés por dónde, porque se ha probado de todo en la República Argentina -dictadura, democracia, radicales, peronistas, progresistas, fachos, todo- y nada ha funcionado”.
-Entonces, ¿no hay salida?
-Yo no la veo. Se ha probado todo, y uno ha tenido algunas esperanzas, pero cuando aciertan en lo social, la cagan en lo económico, y cuando aciertan en lo económico, la cagan en lo social. ¡No hay manera! No es que uno quiera todo perfecto, simplemente uno quiere que se pongan de acuerdo como para tener una salud pública como la gente, un transporte público para que puedas ir a trabajar sin sobresaltos y una manera más civilizada para vivir. No es demasiado.
Amparado por la ley, hace una década que Pinti ya no vota porque tras años de darle vuelta a la cosa comprendió que “de verdad se ríen de uno”, y reconoce, entre risas, que “es una de las ventajas de estar viejo” porque “cuando tenés ochenta años decís ‘¿qué me puede pasar?’, entonces se van a la reputa madre que los re parió, me cago en todos, y se van a la mierda”.
De todas estas contradicciones está matizado el espectáculo con el que llegará a La Plata a un año de su última presentación. Calificado para mayores de 16 años, algo que sorprende al mismo intérprete, explica que quizás “sea por el lenguaje porque, imaginate, a esta altura desnudos artísticos no me deja hacer mi representante”, se ríe Enrique, reconocido por su verborragia y su facilidad para las puteadas.
“Desde el año 73 que yo empecé el monólogo, era plena transición entre la vuelta catastrófica del peronismo con López Rega e Isabel Perón, y el prólogo del proceso de reorganización nacional, donde había una censura mucho más férrea y rígida, siempre utilicé el mismo lenguaje, y nunca tuve ningún problema”, recuerda Pinti, aunque admite que ha tenido cuestionamientos. “Tuve muchas críticas de los sesudos e intelectualoides de aquellas épocas, me decían ‘’qué necesidad tiene de decir tantas malas palabras’ o ‘es una mala influencia de la revista porteña’, pero sabés por dónde me las pasaba…”.
De y por: Enrique Pinti
Cuándo: Hoy a las 21
Coliseo Podestá
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