Un presidente incorrecto que se metió de lleno en la política argentina

Por Mariano Spezzapria, desde la Casa Rosada

El paso de Jair Bolsonaro por la Casa Rosada no pasó inadvertido. Todo lo contrario: sus declaraciones hicieron un fuerte ruido político y fueron festejadas por el Gobierno de Cambiemos. Y no es para menos, porque el presidente de Brasil sacó a relucir su incorrección diplomática para meterse de lleno en la campaña electoral argentina. Y lo hizo sin medias tintas.

“Al pueblo argentino le pido que tenga responsabilidad, mucha razón y menos emoción, para decidir el futuro del país”, sostuvo Bolsonaro en el Salón Blanco de la Casa Rosada, desde donde dio un mensaje conjunto con el presidente Mauricio Macri.

Más tarde, en el Museo de la sede gubernamental, donde almorzaron las delegaciones de ambos países, Bolsonaro exhibió a pleno su impronta política y afirmó que “más importante que la corrupción, contra la cual se debe pelear, es combatir el tema ideológico”. Y antes de levantar su copa para el brindis, advirtió: “Dios está por encima de todos”.

El estilo de Bolsonaro, directo y confrontativo, no es el que históricamente cultivó Itamaraty, la emblemática Cancillería brasileña, para cuya línea profesional no es conveniente intervenir en la política doméstica de otros países.

Pero según pudo constatar EL DIA en la Casa Rosada, Bolsonaro pasó hoy por encima de esos preceptos diplomáticos e hizo un pedido directo al “pueblo argentino” para que el sentido de su voto –en las elecciones que se avecinan- sea en la dirección de que “haya menos Venezuelas en la región”.

Bolsonaro no lo dijo, pero resultó evidente que emparenta al régimen chavista de Nicolás Maduro con el kirchnerismo en la Argentina. En la misma línea, el presidente de Brasil sostuvo que los votantes deben “optar por la libertad” y ratificar el “rumbo correcto” que a su juicio sigue la administración de Cambiemos.

“Le pido a Dios que ilumine al pueblo argentino y que las experiencias del pasado nos sirvan para no repetir aquello que no salió bien”, afirmó Bolsonaro y agregó en tono apocalíptico: “Hay que apartarse del precipicio”. En el discurso del líder brasileño contrastaron en forma evidente los conceptos de “ideología” y “libertad”.

Macri recibió de buen grado el respaldo explícito de Bolsonaro. En la Casa Rosada no dejaron de apuntar que un sector del electorado de Cambiemos comulga con las ideas del presidente brasileño. Incluso un vocero gubernamental recordó que lo llaman “el mito” y dijo que lo vivaron durante el homenaje al patriota José de San Martín.

Con estilo militar, Bolsonaro hizo la veña en el acto de la Plaza San Martín. Tuvo además el gesto de vestirse con una camisa blanca y corbata celeste, los colores argentinos. Y luego intercambió bromas futboleras con Macri, en la inminencia de la Copa América que se jugará en Brasil.

Bolsonaro llegó a Buenos Aires después de haber respaldado públicamente al crack Neymar luego de que el futbolista fue denunciado judicialmente por una presunta violación. En línea con esa actitud, le regaló al mandatario argentino una camiseta de la Selección brasileña con el número diez (que suele utilizar Neymar) pero con el apellido Macri.

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