No es un episodio aislado

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La interrupción en la producción de la vacuna contra la fiebre hemorrágica por parte del Estado no es ciertamente un episodio aislado. La preocupación de la comunidad científica frente a la falta de respuesta de las autoridades sanitarias a un problema que podría poner en riesgo la salud de 5 millones de argentinos surge en medio de fuertes denuncias por el retroceso en las políticas de vacunación.

Luego de que los jefes de 23 programas de inmunizaciones de todo el país hicieran público su “profunda preocupación” por la falta de algunas vacunas, semanas atrás salió a la luz un documento donde la propia cartera sanitaria admite que redujo la compra de dosis a niveles que están incluso por debajo de la demanda de la comunidad.

Según ese documento, elaborado en respuesta a un pedido de informes de la Cámara de Diputados, entre 2017 y 2018 la secretaría de Salud de la Nación redujo en forma significativa la compra de dosis de varias vacunas, entre ellas las que protegen contra la varicela, la tos convulsa y las hepatitis A y B.

 

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