El acusado de tráfico de menores que salpica al presidente norteamericano

Edición Impresa

MICHAEL R. SISAK y JIM MUSTIAN

NUEVA YORK

Él se codeaba con un príncipe y llevó a un ex presidente en su avión privado. Ha acumulado una fortuna que incluye una isla de 40,5 hectáreas en el Caribe y una de las mayores mansiones en Nueva York.

Ha donado decenas de millones de dólares a Harvard y a otras varias causas, volviéndose favorito entre profesores y científicos, todo ello sin tener un título universitario.

Jeffrey Epstein y su inmensa fortuna son desde hace tiempo un enigma, y su ascenso ha estado envuelto en el misterio. Cómo fue que un genio matemático de clase media de Brooklyn se volvió un maestro de altas finanzas en Wall Street, manejando montos por 1.000 millones de dólares o más, con amigos sumamente influyentes como Donald Trump, Bill Clinton o el príncipe Andrés de Inglaterra, ha sido tema de conjeturas en los diarios desde hace muchos años.

Ahora, los detalles de la vida de Epstein y sus predilecciones son el centro de atención, en momentos en que fiscales federales en Nueva York han presentado cargos de trata, acusando al multimillonario de 66 años de reclutar y abusar de decenas de chicas menores de edad en sus mansiones en Nueva York y Palm Beach, Florida, a inicios de la década del 2000.

Epstein, que se declaró inocente el lunes, podría recibir una condena de hasta 45 años en prisión si es declarado culpable. El financista evitó una sentencia potencialmente larga por acusaciones casi idénticas hace más de una década gracias a un acuerdo una vez secreto con los fiscales federales en Florida que fue ampliamente criticado por indulgente.

Al presentar cargos esta vez, los fiscales en Nueva York dijeron que un allanamiento de la mansión de Epstein en la ciudad de Nueva York el fin de semana arrojó centenares e incluso miles de fotos pornográficas de niñas y muchachas jóvenes.

Los abogados de Epstein aseguran que éste nunca empleó violencia ni coaccionó a ninguna menor y que sus acciones equivalen, como mucho, a solicitar prostitución. Y piden desestimar los cargos a la luz del acuerdo previo de Epstein con la fiscalía. Este magnate salió a la palestra en 2002 cuando un diario neoyorquino reportó que le había prestado su Boeing 727 al ex presidente Bill Clinton y a otras figuras en una misión de ayuda por el sida en África.

Luego se publicaron perfiles suyos en las revistas New York y Vanity Fair, estableciendo una reputación de Epstein como un playboy súper acaudalado e influyente inversionista en Wall Street.

Epstein, practicante de yoga y abstemio, disfrutaba además de la compañía de mujeres mucho más jóvenes que él, incluso modelos rusas que asistían a sus fiestas y otras que volaban en su avión, según el artículo en Vanity Fair.

Hijo de un empleado municipal, Epstein creció en Brooklyn. Enseñó cálculo y física en la prestigiosa escuela Dalton School, una preparatoria en Manhattan, de 1973 a 1975, pese a no tener un título universitario. Por recomendación del padre de un alumno, Epstein dejó Dalton poco después para emplearse en el banco de inversiones Bear Stearns. Más tarde abrió su propia firma financiera, J. Epstein & Co.

Alrededor de 2006 empezaron las denuncias en su contra por sus vínculos con chicas menores en Palm Beach. En 2008, alcanzó un acuerdo con fiscales federales en Florida para no ir a juicio por esas acusaciones. Se le permitió declararse culpable de solicitar prostitución de una menor y cumplió 13 meses en prisión. El acuerdo requirió además que llegara a arreglos financieros con decenas de sus víctimas. (AP)

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE