El poder del amor: quién es la influencer que inspiró a Del Potro y Pella a ser mejores
Edición Impresa | 14 de Julio de 2019 | 04:28

En “Bo Durham”, un clásico del cine deportivo, Susan Sarandon interpreta a una maestra en elevar la moral de jugadores de béisbol en la mala, capaz de sacar a un Kevin Costner acabado de su mala racha. Una “musa inspiradora” profesional: sin dudas el término ha perdido valor, de tanto uso que se le ha dado, pero sigue habiendo personas con el toque mágico capaz de hacer volar a alturas insospechadas a sus parejas, elevándolos a través del poder del amor.
Como Stephanie Demner. La rubia influencer y modelo desde los 14 años, descubierta en una peluquería por Roberto Giordano, fue de jovencita la novia de Juan Martín Del Potro, durante algunos de sus mejores años, y asomó esta semana en el palco de Guido Pella, el tenista bahiense que desde que conoció a Stephie vive su mejor temporada y que llegó a cuartos de final de Wimbledon por primera vez en su carrera, un honor reservado para apenas cinco argentinos antes que él: Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini, David Nalbandian, Paola Suárez y Juan Martín Del Potro.
“Ella es la primera persona que yo siento que me genera una tranquilidad”
Y qué casualidad que este último, La Torre de Tandil, alcanzó también durante sus años con Demner sus dos mejores actuaciones en Wimbledon hasta ese momento: llegó a octavos de final en 2011 y 2012 (luego sería semifinalista, en 2013), justo antes de conseguir el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. Todos premios que para aquel Delpo tenían un sabor especial, luego de rozar el final de su carrera por una riesgosa operación en su muñeca.
Delpo conoció a Demner en 2010 en un boliche, y si bien el tenista quedó flechado en ese momento, debió esperar para ganar el corazón de la rubia. La relación tardó en consolidarse, pero el tenista consiguió conquistarla aprovechando el tiempo libre que tenía luego de la operación: Demner estuvo con el tandilense en aquellos días de dolor, frustración y mal humor, viralizándose incluso una foto de ella acariciándole la mano operada que el tenista compartió en sus redes. Y tras bancar las malas, ayudó a Delpo a elevarse por encima del dolor y volver a ser: el bronce olímpico marcó que el tandilense estaba de regreso.
Y entonces el escándalo: salieron a la luz algunos audios que el ex de Jimena Barón se envió con Johanna Villafañe, una de las “hermanas Pombo”, y Stephie, tras aguantar el mostrador tanto tiempo e incluso relegar algunas cuestiones de su profesión por la pareja (aunque se recibió en aquellos años en la carrera de Gestión de Medios), decidió terminar la relación. De inmediato, lógico.
“No fue una de mis mejores relaciones. Yo era muy chica”, dijo tiempo después la blonda, que por entonces tenía apenas 22 años. Y agregaba: “¿Cómo me sentí después de que salió el audio? Decepcionada y dolida. ¿Si lo perdonaría? No perdono infidelidades”.
Sin embargo, sí hubo perdón, aunque fugaz: en 2015 la blonda le dio una nueva oportunidad a Delpo -durante ese tiempo estuvo en pareja con Juan Pérsico, integrante de Agapornis-. Curiosamente en ese 2015 de reconciliación Delpo volvía a sufrir de su muñeca: sería operado otra vez y resurgiría, de nuevo, en los Juegos Olímpicos de Río. Quizás busco en Demner a su amuleto…
Pero la cosa no duró, fue apenas el típico reencuentro entre es, y más tarde ese mismo año, Stephie cambió de rubro y se puso en pareja con el futbolista Rodrigo Mora. Y también lo inspiró a ser mejor: ese 2015-2016 fue la mejor temporada del delantero de River, donde tuvo su media goleadora más alta, convirtiéndose en el goleador del equipo sumando todas las competiciones del año y ganando, claro, la Copa Libertadores.
La relación, sin embargo, terminó debido a los problemas que el futbolista tenía con su ex por la cuota alimentaria de sus hijos, aunque, dijo ella tiempo después, sin rencores.
Luego vendría su relación más estable y conocida: salió más de un año con otro influencer, Grego Rosello, y fueron furor con sus posteos en conjunto en Instagram. Ambos escalaron durante aquel año y pico en la pirámide de la fama virtual, llegando ella a tener 750 mil seguidores. Pero, más allá del éxito que ambos alcanzaron en esos años, fue un noviazgo “maduro” y “sano”, según contó tras la separación, y la relación “que más disfruté”.
Vinieron entonces días de soltería y, como todo ser humano, Stephie pasó su tiempo “stalkeando” chicos lindos en las redes. Uno de esos chicos fue Guido Pella.
“Yo lo busqué a él, bah, lo encontré. Entrando a las historias de Instagram de Peque Schwarzman, hice zoom y dije: ‘¡Eh! ¿Este chico?’ Con el Peque somos amigos. Y le pregunté. No me dio las cosas muy claras, le pregunté a Zabala, le dije: ‘Averiguame todo’. Y a los 5 minutos me dice: ‘Te arreglé todo, te va a escribir’. Y empezamos a hablar”, contó Demner sobre el primer contacto con el tenista bahiense.
La relación se mantuvo algo escondida en los primeros meses de viajes para verse un ratito, pero las evidencias que ella dejaba en sus redes dejaban en claro que se estaba gestando un vínculo. Finalmente, el romance se hizo oficial a principios de año y, hace algunas semanas, anunciaron oficialmente (en Instagram, obvio) su compromiso. “Re contra re mil acepto, nos casamos”, escribió ella, emocionada.
Pella, compañero de Del Potro durante la Copa Davis de 2016, única vez que Argentina se alzó con el prestigioso trofeo (¿lo icardeó?), había sido hasta este año un obrero del tenis. Profesional desde 2007, alternaba torneos de elite con los Challenger, y si bien había conseguido afianzarse en el top ten, hasta 2018 le costaba trabajo quedar entre los 50 mejores jugadores del mundo. Incluso, el bahiense pensó en retirarse y, cuando perdió su cuarta final consecutiva, pensó que nunca iba a ganar nada. Así le dijo a su mamá, que le contestó que se iba a acordar de ella cuando finalmente fuera campeón.
Era, según él mismo, “un tipo negativo y triste”, con talento pero sin fortuna. Y entonces, Stephie: apareció ella, y casi por arte de magia Pella comenzó a escalar en el ranking. Y consiguió en marzo, finalmente, su primer título ATP, en San Pablo, antes de este Wimbledon histórico. Cuando se levante el lunes, estará entre los 20 mejores tenistas del mundo: comenzó el año en el puesto 66 del ranking. “Ella es la primera persona que yo siento que me genera una tranquilidad”, dice él hoy, enamorado.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE