Berisso: una historia de micro tráfico que pudo terminar en crimen

El domingo a la mañana, un llamado al 911 alertó de una situación que parecía por demás acuciante: en Villa Progreso un joven yacía tirado en la vía pública, sobre un charco de sangre y con rastros de haber sido baleado “en el rostro, en uno de sus brazos y en un muslo”.

Las circunstancias del hecho “no estaban del todo claras” indicó una fuente oficial. La persona que dio el aviso a las autoridades parecía no conocer a la víctima y tampoco saber con certeza quién había sido el autor de o los disparos.

Algunos minutos más tarde, una ambulancia del SAME y personal de la Comisaría Cuarta de Berisso arribaron a la escena, ubicada en 24 entre 124 y 126. Eran las 10.50 y al drama se le sumaba otro ingrediente más: al ser entrevistado por los efectivos, el herido eligió no referir nada de lo que había ocurrido.

DOS VECINOS Y “ALGO RARO”

Con poca información sobre la cual trabajar, la Policía comenzó por identificar al sujeto. Así supieron que tiene 36 años y vive en la zona de 81 y 125, a varias cuadras de donde fue hallado.

Mientras tanto, los médicos constataron que las lesiones no revestían gravedad, ya que los proyectiles -perdigones de escopeta- apenas le habían rozado la cara, aunque también tenía sendos impactos en el abdomen y en la mano izquierda. Tras efectuarle las primeras curaciones, lo derivaron al hospital Larrain de Berisso.

La investigación fue rápida y certera. Aproximadamente dos horas después, la labor del Grupo Táctico Operativo dio sus frutos para lograr individualizar al atacante y comprobar que era vecino del damnificado.

Con el permiso de la UFI Nº 5, a cargo del fiscal Juan Minucci, procedieron a allanar la casa del sospechoso, un hombre de 58 años con antecedentes por tráfico de estupefacientes, señalaron los pesquisas.

Ese procedimiento “destaparía la olla” de lo que se cocinaba allí, y pondría luz al episodio.

UNA BOTELLA Y UNA ESCOPETA

El resultado del operativo fue “positivo”. El supuesto agresor fue aprehendido y en la vivienda incautaron una escopeta calibre 16 marca “Dos Leones” con un cartucho (presuntamente utilizado para balear a la víctima), un revólver calibre 38 con la marca y el número de serie suprimidos, una escopeta tumbera, una balanza de precisión marca “VT”, 10 envoltorios de cocaína (con un peso de 12,3 gramos), elementos de corte y fraccionamiento, un blister de paracetamol (que se utiliza para el estiramiento de la cocaína) y la suma de 34.000 pesos en billetes de baja denominación.

Por otra parte, los uniformados pudieron reconstruir la secuencia que terminó con el hombre herido, si bien al cierre de esta edición continuaban trabajando en la investigación.

En esa línea, se informó que todo comenzó antes de las 10, “en el domicilio del detenido”, cuando “la víctima se presentó a comprar drogas”. Por razones que se intentan dilucidar, “se generó una discusión entre el dealer y el cliente; éste salió y desde la calle arrojó una botella a la finca”, detallaron los voceros.

Como toda respuesta, el “el vendedor de drogas fue hacia la puerta y le efectuó un escopetazo ‘al bulto’”, que, como se dijo, terminó dándole en parte del torso, la cara y un miembro. El joven entonces huyó a pie del lugar pero no llegó muy lejos y cayó desplomado en la calle.

La causa quedó caratulada como “tentativa de homicidio y comercialización de estupefacientes”, aunque también se acusa al aprehendido de “tenencia ilegal de arma de guerra y de arma de uso civil”.