Tres casos que conmueven por la edad de las víctimas

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La denuncia contra un portero del jardín Martín Miguel de Güemes, en Villa Elvira, es la tercera que en poco menos de dos meses pone en el ojo de la tormenta a instituciones que -se supone- deben dedicarse a contener, cuidar y educar a niños de muy corta edad, en La Plata.

Los otros dos casos apuntaban a docentes sospechadas de maltratar a los pequeños, algunos de ellos de pocos meses de vida.

Precisamente, la primera de estas conmovedoras imputaciones se conoció en mayo pasado (aunque la denuncia se hizo en octubre de 2018), después de que una mujer observó que su beba de 4 meses tenía moretones en su cuerpo, que adjudicó a las horas que pasaba en el jardín maternal “Aventuras en Pañales”, en 40 entre 8 y 9.

Los videos de seguridad que pudo observar después profundizaron sus sospechas, ya que se ve a una de las docentes zamarrear a las criaturas y hasta colocarles mantitas en la cara.

“Para nosotros hay una tentativa de homicidio”, planteó entonces la abogada que representa a los padres, Martina Raffetto, “porque a una beba de cuatro meses la dejaron por más de una hora y media con una manta en la cara. La pudo haber asfixiado y, además, después lo volvió a hacer”. La justicia ordenó la detención de la acusada, que nunca se concretó porque sigue pendiente de resolución un pedido de eximición de prisión.

Privación ilegal de la libertad

Por otro lado, hace exactamente un mes una mujer denunció a una maestra de la salita de 4 años del jardín de infantes “Nuestra Señora de Fátima”, que funciona en 75 entre 22 y 23, quien ayer fue apartada del cargo y notificada judicialmente de los cargos en su contra.

La sospecha es que habría atado y amordazado con cinta de embalar a, por lo menos, ocho chicos, aunque varios más confirman el relato, aclarando que a ellos no les pasó.

El caso salió el 17 de junio pasado, cuando una mujer escuchó que su hija retaba a su muñeca advirtiéndole: “Portate bien porque sino te voy a poner una cinta en la boca”. Según figura en la denuncia, la madre le preguntó por qué decía eso, a lo que la niña respondió “la seño Vero”.

Interrogando un poco más a su hija pudo saber que la docente “se lo hizo a ella y (a otro nene)”, porque “hablaban mucho”, declaró la denunciante.

El relato tuvo el efecto cascada y, después de intercambiar varios mensajes de WhatsApp, los padres fueron a exponer el caso ante la Justicia. La fiscal Cecilia Corfield caratuló el caso como “privación ilegítima de la libertad”.

 

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