El mítico Luna Park, ¿en venta para hacer una torre de 40 pisos?

El palacio por el que pasaron las más renombradas figuras nacionales e internacionales es hoy propiedad de la Iglesia. De prosperar la venta, construirían allí un edificio de oficinas

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Allí peleó el gran Nicolino Locche, y Monzón, y Bonavena. Lo velaron a Gardel, se casó Maradona, cantó Frank Sinatra. Cientos y cientos de figuras pasaron por ese emblema porteño llamado Luna Park que recorre las calles Bouchard, Lavalle y las avenidas Eduardo Madero y la tradicional Corrientes, en pleno corazón de la ciudad de Buenos Aires. La noticia, ahora, es que el mítico edificio estaría en venta y allí se construiría una torre de oficinas de por lo menos 40 pisos.

En la actualidad, el edificio es propiedad de la Iglesia católica. En principio, Ernestina Devecchi Lectoure, quien lo administró durante más de cinco décadas, le donó a su muerte el 95% del paquete accionario al Arzobispado de Buenos Aires (Cáritas) y a los Salesianos de San Juan Bosco. Tiempo después, la Iglesia compró el 5 % restante que había quedado en manos de “Tito” Lectoure y que habían heredado los sobrinos de este.

Sobre “El palacio de los deportes”, como se lo conoció durante mucho tiempo y que fue construido en 1932, ya sobrevolaban rumores de venta desde el año pasado. Sin embargo, en esa oportunidad las versiones fueron desmentidas por voceros del mismísimo Vaticano. Ahora, en cambio, y pese a que no hubo confirmaciones al respecto por parte de la Iglesia, todo indica que sí querrían desprenderse de la propiedad con el objetivo de cubrir el dinero que se destina para los sueldos de curas, tras haber renunciado voluntariamente el año pasado al aporte que el Estado hacía a tal fin.

No obstante, la venta del Luna Park tendría igualmente serios obstáculos legales.

Y es que en el año 2007, por un decreto del ex presidente Néstor Kirchner, el Luna fue declarado Monumento Histórico Nacional, con el nivel de protección que eso implica, y que impide, por ejemplo, modificar la fachada o la preservación estructural del estadio.

A estos obstáculos se suman que seis años antes, en 2001, había sido designado como sitio de interés cultural, y también la imposibilidad de modificar la zonificación de la manzana, que fue declarada Área de Protección Histórica.

Ayer, el periodista Guido Carelli Lynch, quien también escribió junto con Juan Manuel Bordón el libro “Luna Park: El estadio del pueblo, el ring del poder”, señaló en un artículo periodístico que “los dueños del Luna Park otra vez intentan deshacerse de él para que se levante en su lugar un edificio de oficinas como los que lo rodean”.

Las mismas fuentes destacan que “es un secreto a voces que un grupo inversor europeo está interesado en la operación”. Según esas informaciones, la venta hasta tendría precio y podría ser del orden de los 40 millones de dólares.

Mientras tanto, desde el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires ya se analiza la situación, aunque se cree que una modificación para una hipotética edificación es muy complejo que finalmente se de, ya que exigiría el acuerdo de las dos instituciones propietarias y el visto bueno de la Legislatura y de la Comisión de Patrimonio, que depende del Ejecutivo nacional.

Por otra parte, según trascendidos que parten de la propia Iglesia, el “Luna” no andaría muy bien de números, ya que durante el 2017, por ejemplo, el beneficio obtenido por su alquiler para espectáculos y actos rondó los 400.000 dólares, y el estrecho margen de ganancia y el alto costo de mantenimiento serían las otras razones que habrían llevado a impulsar la venta.

Lo cierto es que el que fuera el máximo emblema del boxeo nacional de la mano del legendario Tito Lectoure, cambiaría, definitivamente, el aspecto de ese mítico paisaje porteño.

Historia
Entre las paredes del Luna Park se filtran porciones de historia. Se asegura que allí se conocieron Eva Duarte y Juan Domingo Perón, que también allí se realizó el acto nazi más grande fuera de Alemania, y que Jorge Bergoglio, el hoy Papa Francisco, ordenó sacerdotes en el estadio. También desde allí Juan Carlos Lectoure se hizo promotor de boxeo y ayudó a consagrar a 13 campeones mundiales argentinos.

 

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